REFLEXIONES ACERCA DEL NEOLIBERALISMO

por Enrique Fernández M.

Ideología: "fe social pararracional que pretende
la constitución de una sociedad utópica a partir
de un universo dado ".

Joaquín Fermandois

PREGUNTAS DIRECTRICES.

¿ Por qué la ideología neoliberal se asocia casi exclusivamente con el ámbito de lo económico ? ¿ Su predominio coincide con la ausencia de ideología alternativa en el mundo actual ? ¿ O es acaso decididamente una ideología de lo económico, que "explica" a partir de este fundamento todo el resto del acontecer social, cultural y político, provocando lo que algunos han llamado "descentramiento del mundo" y donde lo económico se autonomiza en el seno de las sociedad humanas ? (Le Monde Diplomatique, Oct 1994)

 

CHILE , EL LABORATORIO DEL DR. HAYEK.

Se ha afirmado que uno de los grandes problemas metodológicos de las ciencias sociales es carecer de la posibilidad de experimentar como sí lo hacen las ciencias exactas. De hecho la comparación como método de análisis en ciencia política, surge como sucedáneo para tal falta de experimentación. Sin embargo, creo que pocas veces en la historia de la humanidad se ha podido disponer de un pais y su sociedad para experimentar, lo que ocurrió con Chile y la implementación de la ideología neoliberal. Estoy cierto que ni el propio Hayek soño alguna vez con la posibilidad de contar con este "laboratorio" ,pero quienes asistimos en calidad de unidades experimentales podemos certificar que la aplicación de los principios neoliberales fue rígida e implacable como si se tratase de principios impelidos por la fuerza y la fe que sólo proporciona una ideología.

Será entonces por decir lo menos estimulante intelectualmente, al revisar los fundamentos hayekianos, comprobar como en nuestra cercana y propia realidad se aplicó la receta. En la revisión prospectiva que haremos de la ideología neoliberal, comprobaremos la eficacia minuciosa con que se intervino en la sociedad chilena para implantar "in toto" el proyecto neoliberal con su sociedad de hombres libres. Partidarios y detractores podrán polemizar, pero lo que permanece cierto e inamovible es que se pudo experimentar, y todos sabemos que tales milagros de empiricismo social no abundan. A continuación, veamos los planteamientos filosóficos de Hayek.

ANÁLISIS DEL APORTE FILOSOFICO DE HAYEK: EL RENACIMIENTO DEL LIBERALISMO CLÁSICO.

La obra y pensamiento del filósofo y economista austríaco August Friedich von Hayek, constituye la influencia contemporánea más importante en el desarrollo del pensamiento liberal clásico y en el nacimiento de la corriente neo-liberal.

Existen dos ideas rectoras y aparentemente opuestas en la obra de Hayek:

- Liberalismo: argumentos en favor del establecimiento de un orden liberal desde la perspectiva del racionalismo crítico. (Nishiyama p. 38, 1981)

- Agnosticismo evolutivo: el proceso evolutivo no repara en lo que puede considerarse deseable o beneficioso.

Pudiese considerarse que el argumento evolucionista, el cual aparece con mayor preponderancia en los recientes escritos de Hayek, representa la versión más evolucionada y madura del liberalismo del autor. Sin embargo, considerar el postulado evolucionista de manera aislada de la dimensión racionalista crítica del liberalismo de Hayek es un grave error conduciente a un análisis distorsionado de sus ideas. Más aún cuando en su propuesta evolutiva, se plantean conceptos como competencia que como veremos más adelante, han generado grandes cuestionamientos.

Liberalismo.

Se ha dicho que tanto Adam Smith así como otros fundadores del siglo XVIII del liberalismo clásico se involucraron profundamente en lo que se ha dado en llamar, " la ciencia de la legislación" entendiéndola como el examen sistemático de los mecanismos involucrados que rigen las reglas fundamentales del orden social.

Hayek hizo propia la tarea de continuar el desarrollo desde la perspectiva liberal de esta ciencia de la legislación, intentando distanciarse de la imagen del "laissez-faire" proyectada por el liberalismo clásico. Al respecto en 1948, en el libro "Individualismo y Orden Económico", planteaba lo siguiente:

" Ni el manoseado concepto "laissez-faire" ni la antigua formulación de " protección de la vida, libertad y propiedad " son de mucha ayuda. De hecho, desde el momento en que ambas sugieren que basta con dejar a las acontecimeintos fluir como fuere, resulta en algo peor que una falta de respuesta y ciertamente no nos dicen lo que es y lo que no es deseable o necesario de definir como campos en los que se impone tener actividad gubernativa ". ( Cato Journal, 1994 )

Su crítica a las modernas concepciones de planeamiento centralista no apuntaban ciertamente a si se debía escoger inteligentemente entre diversas organizaciones de una sociedad, sino más bien acerca de los caminos a través de los cuales podemos razonablemente esperar mejorar el orden de una sociedad mediante planeamientos y contrucciones racionales. Debe hacerse según Hayek, clara distinción entre dos tipos de "planeamiento social": por una parte, la constucción racional de un sistema legal, bajo cuya regulación la gente sea libre de seguir sus propias preferencias y por la otra, un sistema de órdenes específicas y prohibiciones.

Por lo tanto, el postulado neo-liberal de Hayek adopta una posición central renegando del "laissez-faire" liberal ortodoxo así como del rígido planeamiento centralista del socialismo. Ahondando sobre el mismo punto, en el artículo " Libre iniciativa y orden competitivo " presentado por Hayek en 1947 en la reunión constitutiva de la Sociedad Mont Pèlerin, el autor insistía sobre el papel positivo que la ideología liberal debía asignar a la tarea de mejorar el marco regulatorio legal de una sociedad y proponía que era más apropiado interpretar el principio fundamental del liberalismo no como la ausencia de la actividad del Estado sino más bien como una política que adopte deliberadamente a la competencia, el mercado y los precios como sus principios de ordenamiento básico y que utilice el marco regulatorio legal respaldado por el Estado para hacer que la competencia sea lo más efectiva y beneficiosa posible.

Sobre este punto quizás una frase de Hayek que data desde 1944, ilustre cabalmente lo anteriormente expuesto: " la actitud del liberal hacia la sociedad debe ser la de un jardinero quien busca crear condiciones favorables para el crecimiento natural ". (Cato Journal, 1994 )

Hasta aquí hemos analizado los fundamentos hayekianos que propugnan la consecución de un marco regulatorio liberal. Pero también es importante por lo menos asomarse al análisis de la segunda idea rectora del pensamiento de Hayek; el argumento evolutivo.

Agnosticismo evolutivo.

Basado en dos ideas gemelares, la de orden espontáneo y la de evolución, su teoría de la evolución cultural, plantea la noción de un proceso evolutivo espontáneo durante el cual se experimentan alternativamente diferentes mecanismos y que mediante ensayo y error, se acumula la evidencia de lo que funciona correctamente y de lo que no lo hace así.

En otras palabras, en la terminología de Hayek el tipo de regulaciones precede y determina el tipo de acciones que se pueden obtener. Para obtener un ordenamiento social beneficioso, se requiere primeramente tener un marco regulatorio adecuado.

Se constata que pudiese existir un conflicto entre el postulado liberal de Hayek y sus planteamientos evolucionarios si como parece colegirse, se debe sólo confiar en las fuerzas de la evolución cultural para promover la emergencia de reglas apropiadas y que estas no sean el fruto de un deliberado debate constitucional o bien que también pueda resultar pernicioso siquiera interferir el proceso de evolución natural mediante la inserción de artefactos "externos" provenientes de planteamientos racionales.

Para descartar tal eventual incogruencia en los postulados de Hayek, cabe introducir los conceptos de naturaleza factual y naturaleza normativa. Lo factual dice relación con el hecho que la evolución cultural tiende a seleccionar aquellas instituciones cuyas características sean mínimamente predictoras de éxito. Lo normativo está en relación con el hecho que dichas instituciones sean beneficiosas para la sociedad. Por lo tanto, el argumento evolucionista de Hayek tiene un doble contenido, factual y normativo.

Debe tener un contenido factual en el sentido que nos predice que tipo de instituciones y marcos regulatorios legales prevalecerán a lo largo de la competencia evolutiva. Y debe tener también un contenido normativo en tanto nos muestra porque resultan deseables y provechosos los tipos de instituciones y marcos regulatorios legales que tienden a sobrevivir a lo largo de la competencia evolutiva.

La necesidad de introducir el contenido normativo en el evolucionismo de Hayek reside en el hecho que si su postulado de evolución cultural fuese sólo un argumento de base exclusivamente naturalista, entraría en abierto conflicto con su racionalismo liberalismo racional crítico. En efecto, significaría que todos los hipotéticos beneficios de la "legislación liberal" serían vanos en cuanto que las ideas provenientes de los hombres nada pueden hacer contra los dictados de la evolución.

Sin embargo y según el propio Hayek, ya desde el liberalismo clásico encarnado por David Hume y Adam Smith, se planteaba una concepción de un orden deseable o beneficioso y él retoma tales postulados liberales fundacionales con la noción de que " las instituciones resultan beneficiosas sólo si y en el entendido que beneficien a las personas que vivan en ellas ". Esta idea es consistente con lo que Buchanan definía como " individualismo normativo" ( Buchanan, p. 31, 1981 )

Basado en este planteamiento, en 1967 en su libro "Philosophie, Politics and Economics", Hayek define la concepción de un bien común para una sociedad libre como " un orden abstracto que provee la mejor oportunidad para cualquiera de sus miembros, seleccionado éste al azar, de usar su conocimiento en la consecución exitosa de sus propósitos personales ". Más tarde en 1976, explicita tal concepto diciendo: " debemos considerar como orden social deseable a aquel que podríamos escoger si supiesemos que nuestra posición inicial en aquel orden sería determinada exclusivamente por suerte, como por ejemplo resulta el hecho de nuestro nacimiento en el seno de una particular familia ".

Argumentar que el proceso evolutivo selecciona en favor de las instituciones deseables equivaldría a decir que la evolución cultural favorece las instituciones que son deseables para las personas que están involucradas. Aparentemente surge una clara contradicción con el postulado inicial de Hayek en cuanto a su postura de un evolucionismo agnóstico que sugiere que cualquier esfuerzo en la construcción o reforma institucionales será finalmente inútil, ya que el proceso evolutivo no considera lo que puede ser deseable o beneficioso.

Sin embargo, una distinción conceptual entre factores evolutivos condicionales e incondicionales, nos puede permitir aclarar el argumento evolucionista de Hayek que se plasma nítidamente en su teoría de la formación del mercado. Lo incondicional dice relación con que debemos basarnos en los procesos de competencia que se dan evolutivamente como procesos de descubrimientos ya que no podemos conocer anticipadamente cuales seran las mejores soluciones para nuestros problemas y por otra parte, lo condicional dice relación con la necesidad de condicionar o canalizar el fenómeno evolutivo competitivo mediante un marco regulatorio apropiado, de modo de sintonizarlo con las necesidades de las personas involucradas. En la medida que la creación de tal marco requiere de una acción legislativa deliberativa, un determinado orden social no sólo se opone al papel de las fuerzas espontáneas sino que es un prerequisito para obtener un resultado beneficioso.

Es así como una de nuestras preguntas directrices, a saber la preponderancia de herramientas conceptuales provenientes de la economía en la ideología neoliberal, empieza a tener respuesta en el planteamiento de Hayek, quien afirma que el principio fundamental del neoliberalismo se basa en una política que deliberadamente adopta a la competencia, al mercado, y a los precios como sus principios cardinales. El principal argumento de Hayek en favor del aporte que realiza el mercado como instrumento privilegiado de la competencia evolutiva radica en que es un proceso de descubrimiento. El razonamiento es que, los mercados no sólo permiten la utilización del conocimiento que está fragmentado y disperso entre innumerables individuos sino que además promueve el crecimiento de procedimientos conducientes a la solución de problemas proveyendo el escenario propicio para la comparación y ensayos competitivos que puedan constituir eventuales soluciones a una amplia gama de problemas.

De manera más general, podemos decir que ya que nunca podemos saber anticipadamente cual puede ser la mejor solución para nuestros problemas, debemos aseguranos que siempre existan las posibilidades y los incentivos para buscar nuevas maneras de hacer las cosas que puedan probar que son superiores a las actuales soluciones.

LA CONTENCIÓN DEL PODER Y EL DERROCAMIENTO DE LA POLÍTICA.

Desde el fundamento filósofico dual de Hayek (liberalismo y evolución) ya revisado, veremos ahora la aplicación práctica de sus ideas y de como aparecen los factores mercado y economía en contraposición al Estado fuerte e intervencionista, consolidando por tanto lo genuínamente neoliberal.

El neoliberalismo es una ideologia que en lo concreto ataca los vicios del procedimiento representativo de la democracia y sus pretensiones igualitarias en lo económico-social, al Estado fuerte o jacobino y su forma de gobierno intervencionista y reguladora, enemigas de la sociedad civil, características de la ideologia socialista clásica y a la política que se contrapone al mercado. Iremos recorriendo los

planteamientos de Hayek que respaldan estas afirmaciones.

Es en la misma definición Weberiana de Estado que Hayek establece la primera crítica " El problema de orden social más importante es la limitación efectiva del poder. El gobierno es indispensable para la formación de tal orden, sólo para proteger a todos contra la coerción y violencia por parte de los demás. Pero tan pronto como, para conseguirlo, el gobierno adquiere el monopolio de la coerción y la violencia, se convierte a su vez en la principal amenaza a la libertad individual . Este empeño para contener los poderes del gobierno fue también abandonado casi inadvertidamente, cuando se comenzó a creer, en forma equivocada, que el control democrático del uso del poder proveía de sufieciente protección contra su excesivo crecimiento. " ( Hayek, p. 47, 1980 )

Crítica a la representatividad de la democracia.

Para Hayek, la democracia necesita restricciones aún más severas que otra formas de gobierno, ya que está más sujeta a la presión efectiva por parte de intereses especiales, quizás de grupos pequeños, de los cuales depende su mayoría. Dice al respecto el filósofo " lo que hoy en día llamamos gobierno democrático sirve - como resultado de su estructura - no a la opinión de la mayoría, sino a los variados intereses de un conglomerado de grupos de presión cuyo apoyo debe comprar el gobierno mediante concesión de beneficios especiales, simplemente por que no puede retener a sus partidarios cuando rehúsa darles algo que tiene el poder de otorgar. El aumento resultante de la coerción discriminadora amenaza con estrangular el crecimiento de una civilización que descansa en la libertad individual . (48) El argumento crucial al respecto es que sólo una opinión predominante sobre los principios que deben gobernar y restringir la conducta individual puede justificar la coerción en una sociedad de hombres libres." ( Hayek, p. 54, 1980)

La llamada aprobación por mayoría de un conglomerado de medidas que sirven intereses particulares es una farsa. La compra del apoyo de la mayoría mediante tratos con intereses especiales, a pesar que es lo que la democracia contemporanea ha llegado a significar, no tiene nada que ver con la idea original de democracia. El error se encuentra estrechamente conectado con el concepto erróneo de que la mayoría debe ser libre para hacer lo que quiera. El ejercicio del poder de una democracia representativa más allá de la esfera donde los votantes pueden comprender el significado de sus decisiones puede corresponder a la opinión de la mayoría del pueblo o estar controlada por ella, sólo si en todas sus medidas coercitivas el gobierno está confinado a reglas que son igualmente aplicables a todos los miembros de la comunidad. Sino se respeta este principio, se está " en total conflicto con el concepto de limitación constitucional al poder gubernamental y es irreconciliable con el ideal de una sociedad de hombres libres. "( Hayek, p.54, 1980)

Y concluye Hayek lapidariamente " en tanto que esta forma de democracia persista, no podrá existir un gobierno decente aunque los políticos sean ángeles o estén profundamente convencidos del valor supremo de la libertad personal. No tenemos derecho a culparlos por lo que hacen, porque somos nosotros, al mantener las instituciones actuales, quienes los ponemos en una posición en la cual ellos sólo pueden obtener poder para hacer algún bien si se comprometen a otorgar beneficios especiales a distintos grupos.

Llega Hayek al meollo de su crítica a la democracia representativa planteando lo siguiente: " El verdadero valor de la democracia es ser sólo un procedimiento que nos sirva como precaución sanitaria que nos proteja de un abuso de poder. Está lejos de ser el valor político más alto, y una democracia ilimitada bien puede ser peor que un gobierno limitado de una clase distinta ! En su forma ilimitada, la democracia ha perdido gran parte de la capacidad de servir como una protección en contra del poder arbitrario. Ha dejado de ser un salvaguardia de la libertad personal, una restricción al abuso del poder gubernamental. ( Hayek, p.58, 1980 )

Está forzada a desarrollar e imponer, en justificación de las medidas que debe tomar para retener el apoyo de la mayoría, un código de justicia distributiva no existentey, en estricto sentido de la palabra, inconcebible.En tal sociedad, tener cuñas políticas pasa a ser mucho más conveniente que aumentar los medios de satisfacción de las necesidades de nuestros semejantes. Como tiende a convertirse en asunto político para el cual pueden invocarse los poderes coercitivos del gobierno, una parte cada vez más grande de la actividad humana es apartada de los esfuerzos productivos y dedicada a los esfuerzos políticos. ( Hayek, p.59, 1980 )

En otras palabras, hemos creado, bajo el falso nombre de democracia, una maquinaria en la cual no decide la mayoría, sino que al contrario, cada miembro de la mayoría tiene que acceder a muchos sobornos para obtener el apoyo mayoritario para sus propias demandas particulares. Para resumir dice Hayek, " la raíz del problema es por supuesto, que en una democracia ilimitada los poseedores de poderes discrecionales están forzados a usarlos quiéranlo o no para favorecer a los grupos particulares de cuyos cambiantes votos dependen sus poderes. Esto se aplica tanto al gobierno como a las instituciones organizadas democráticamente y a los sindicatos. Aunque en el caso del gobierno, algunos de estos poderes pueden servir para darle capacidad de hacer muchas cosas que pueden ser deseables por sí mismas, debemos renunciar a entregárselos ya que tales poderes discrecionales inevitable y necesariamente, ponen a la autoridad en una posición en la cual estará forzada a hacer aún más daño. " ( Hayek, p.60, 1980 )

La democracia es sólo un método o procedimiento.

Aparte de la crítica al factor representativo de la democracia ya analizada, es conocida la adscripción neoliberal a la idea schumpeteriana que la democracia es sólo un método de gobierno, a la que no se le puede exigir responder a otros imperativos sociales. Esto se grafica claramente en los postulados de Hayek. " bajo la influencia de la agitación socialista en el curso de los últimos cien años, ha cambiado profundamente el verdadero sentido en el cual se usan muchas palabras claves que describen los ideales políticos. Hoy en día, uno debe dudar si usar incluso palabras como libertad, justicia, democracia o ley, porque ellas ya no comunican el significado original. Cuando un John Dewey define la libertad como el poder efectivo para hacer cosas específicas, puede parecer un artificio tortuoso para engañar a los inocentes. Pero si otro filósofo social argumenta al discutir de democracia que la línea de enfoque más promisoria es decir que la democracia ... se considera buena porque en general, es el mejor recurso para asegurar ciertos elementos de justicia social, entonces evidentemente se trata de una ingenuidad increíble " ( Hayek, p.55, 1980 )

Hayek descalifica ácidamente el concepto de justicia social al calificarlo de seudo-ética. La crítica se fundamenta en su adscripción a la teoria evolutiva ya analizada, ya que dice el autor que un estado de las cosas que no ha sido deliberadamente originado por los hombres no puede poseer inteligencia, ni virtud, ni justicia ni ningún otro atributo de los valores humanos, ni siquiera si es el resultado impredecible de un juego que la gente ha consentido jugar, emprendiendo por su propio interés relaciones de intercambio con los demás. " Concluye el pensador " es difícil saber qué hacer cuando los enemigos de la libertad se describen a sí mismos como liberales - excepto llamarlos persistentemente, como debemos hacerlo, pseudo-liberales - o cuando hacen llamados a la democracia, al referirse verdaderamente a igualitarismo " ( Hayek, p.56, 1980 )

Por lo tanto para el autor la lucha ideológica del neoliberalismo se centra en el socialismo como la ideología que propugna la articulación de la sociedad en torno a un Estado fuerte. Así lo dice: " Nadie que tenga los ojos abiertos puede dudar por más tiempo que el peligro para la libertad personal viene principalmente desde la izquierda, no a causa de algún ideal particular que ella persiga, sino porque los distintos movimientos socialistas son los únicos grandes cuerpos organizados que, por objetivos que atraen a muchos, quieren imponer sobre la sociedad un plan preconcebido." ( Hayek, p.48, 1980 )

Estado fuerte v/s Estado débil. Gobierno intervencionista v/s Sociedad civil.

La propuesta de Hayek en relación al gobierno y al Estado es la contenida en las siguientes líneas y apunta contra un Estado fuerte de tipo jacobino antagónico del Estado de matriz débil anglosajón liberal: " el concepto de una autoridad suprema que no pueda emitir ningún mandato nos suena extraño e incluso contradictorio, porque se ha llegadoa creer que la máxima autoridad debe ser una autoridad omnipotente y totalmente comprehensiva, que abarque todos los poderes de las autoridades subordinadas. Pero no existe absolutamente ninguna justificación para esta creencia "positivista", Excepto cuando, como resultado de fuerzas humanas externas o naturales, el orden autogenerador se ve alterado y se requieren medidas de emergencia para restaurar las condiciones necesarias para su operación. En realidad es razonable desde todo punto de vista desear que la autoridad máxima sea una tal que su poder descanse en su sometimiento a reglas abstractas que la obliguen a evitar que el gobierno o las instituciones privadas interfieran con los derechos adquiridos de las personas, independientemente de las consecuencias particulares que ello tenga." ( Hayek , p.50-51, 1980 )

En una sociedad libre el Estado es una de muchas organizaciones, aquella que se necesita para proporcionar una estructura externa efectiva dentro de la cual se puedan formar órdenes autogeneradas, pero que está confinada al aparato de gobierno y que no determina las actividades de los hombres libres. Las sociedades se forman en tanto que a los Estados hay que constituirlos. ( Hayek, p.61, 1980 )

Vuelve Hayek a esgrimir su argumento evolutivo al referirse a la sociedad. " no sólo la mayoría de los procesos de evolución social tienen lugar sin que nadie los desee o prevea, sino que solamente a causa de esto ellos conducen a la evolución cultural. Una sociedad en desarrollo no avanza por las nuevas ideas que el gobierno inculque en ella, sino por nuevos modos y métodos, probados constantemente en un proceso de ensayo y error. Son, para repetirlo una vez más, las condiciones generales favorables las que ayudarán a personas desconocidas en circunstancias desconocidas a producir el mejoramiento que ninguna autoridad suprema podría lograr "( Hayek, p.62, 1980 )

Este argumento evolucionista de Hayek aplicado en relación a la sociedad, es el mismo que nos acerca a la clarificación de la estrecha connivencia de economía y política en la teoría neoliberal. Asi lo plantea el autor: " fue en efecto el descubrimiento que un juego de acuerdo a reglas mejoraba las oportunidades de todos, aún bajo riesgo que el resultado para algunos podría ser peor de lo que hubiera sido de otra manera, lo que hizo que fuese una aspiración del liberalismo clásico la completa eliminación de poder en la determinación de los ingresos relativos percibidos en el mercado. No existe justificación moral para el uso de fuerza por el gobierno o por otro grupo organizado para determinar los ingresos relativos. La utilidad social relativa de las diferentes actividades de cualquier persona, e incluso de las diversas actividades a las cuales se pueden dedicar diferentes personas, no es desafortunadamente un asunto de justicia sino el resultado de eventos que no pueden ser previstos o controlados. " ( Hayek, p.63, 1980 )

Si el objetivo es proveer las máximas oportunidades a los hombres como ellos son, sin ninguna coerción arbitraria, podemos alcanzar nuestros fines sólo tratándolos de acuerdo a las mismas reglas, sin considerar las diferencias que de hecho tengan, y dejando que el resultado sea decidido por esas reestructuraciones constantes del órden económico, las cuales están determinadas por circunstancias que nadie puede prever.

La concepción básica del liberalismo clásico, única concepción que puede hacer posible un gobierno decente e imparcial, es que el gobierno debe considerar a todas las personas como iguales a pesar de lo distintas que puedan ser y que si el gobierno restringe o ayuda la acción de alguno, de cualquier forma así debe bajo las mismas reglas abstractas restringir o ayudar las acciones de todos los demás. Nadie tiene derechos especiales sobre el gobierno por el hecho de ser rico o pobre, más allá de la certeza de protección en contra de toda violencia de cualquier persona y la seguridad de un cierto ingreso mínimo fijo si las cosas van completamente mal. Tomar en cuenta las desigualdades de hecho que existen entre los individuos y hacerlas excusa para alguna coerción discriminadora, es ya una violación a los términos básicos en los que se someten los hombres libres al gobierno. ( Hayek, p.64, 1980 )

Derrocamiento de la política y redención del mercado.

Vistas las críticas de Hayek contra el Estado y la Democracia, detengámonos en su ataque a la Política. Este último factor aporta más antecedentes para comprender la irrupción del mercado como piedra angular de la aplicación de la teoría neoliberal. Para el filósofo-economista, " la política ha pasado a ser demasiado importante, demasiado costosa y nociva, absorbiendo demasiada energía mental y recursos materiales, llegando el público a considerarla en forma creciente como un mal necesario pero incurable ". ( Hayek, p.72, 1980 )

Una vez que la política se convierte en un tira y afloja por las posiciones de la torta del ingreso, un gobierno decente es imposible. Esto requiere que todo uso de coerción para asegurar un cierto ingreso a grupos específicos (más allá de un mínimo fijado para todos aquellos que no pueden ganar más en el mercado ) sea proscrito como inmoral y estrictamente antisocial ( Hayek, p.73, 1980 )

Si le damos licencia a políticos para interferir en el órden espontáneo del mercado para beneficiar a grupos particulares, ellos no pueden negarle tales concesiones a ningún grupo del cual dependa su respaldo. Así, ellos inician ese proceso acumulativo que lleva, por necesidades internas, si no a lo que los socialistas imaginan, sí a una dominación siempre creciente de los políticos sobre el proceso económico. ( Hayek, p.73, 1980 ) ( Liberty Tree, 1997 )

Más allá de, por una parte, el mercado en el que nadie puede determinar concluyentemente cúanto mejor resultará un individuo o un grupo determinado o por otra parte, de una direción central donde un grupo organizado por el poder lo determine, no existe un tercer principio para la organización del proceso económico que pueda escogerse racionalmente para lograr cualquier fin deseable. Los dos principios son irreconciliables, dado que cualquier combinación de ellos impide el logro de las aspiraciones de uno y otro. Dar una licencia general a los políticos para otorgar beneficios especiales a cambio de apoyo político, necesariamente destruirá el orden del mercado que sirve al bien general y lo reemplazará por un orden impuesto a la fuerza, determinado por algunas voluntades humanas arbitrarias. ( Hayek, p.74, 1980 ) ( Beyond Politics, 1997 )

El único principio moral que ha hecho posible el desarrollo de una civilización avanzada es el principio de la libertad personal, que significa que el individuo está guiado en sus decisiones por reglas de conducta justa y no por mandatos específicos. No pueden existir principios de conducta colectiva que traben al individuo en una sociedad de hombres libres.

La última batalla en contra del poder arbitrario está ante nosotros. El gobierno es forzosamente el producto de un diseño intelectual. Si le damos una forma en la que provea un sistema beneficioso para el crecimiento libre de la sociedad, sin darle ningún poder para controlar este crecimiento en lo particular, bien podemos esperar seguir siendo testigos del crecimiento de la civilización. ( Hayek, p.75, 1980 )

Cuarenta años de estudio de estos problemas me han llevado a concluir que "debemos evitar la destrucción de nuestra civilización por la asfixia del proceso espontáneo de la interacción de los individuos que se produce al entregar su dirección en manos de una autoridad. Debemos deshacernos de la ilusión de que podemos crear deliberadamente el futuro de la humanidad. ( Hayek, p.75, 1980 )

Analizaremos ahora las críticas surgidas producto de la aplicación de la ideología neoliberal, centradas especialmente en los ámbitos político y económico.

CRÍTICA AL NEOLIBERALISMO O LA IDEOLOGÍA DE LA COMPETITIVIDAD.

Un nuevo credo recorre el mundo. Un dogma nacido en las últimas décadas acomete y ha logrado instalarse como verdad revelada: debemos aprender a competir. La competitividad es la moderna virtud que resplandece en los decálogos del progreso. Profetas y gurúes levantan su voz recordando el imperativo ético de la hora actual: competir. ¿ Pero quiénes son los destinatarios del mensaje ? Los países, las empresas y en la base del tejido social, cada uno de nosotros, protagonistas de una ideología postmoderna que se despliega desde los dominios teóricos de una nueva racionalidad hasta los concretos territorios de un nuevo contrato social. ( Petrella, p.11, 1996 )

¿ Competencia o Competitividad ?

Los críticos del neoliberalismo diferencian muy bien entre competitividad y competencia. Reconocen en la competencia, del verbo latino "cum petere" que significa acometer conjuntamente, una causa primaria de movilización y creatividad en la vida cultural, artística, deportiva e incluso en el terreno político, de convivencia, ya que la propia vida en democracia se basa en una dinámica mediante la cual compiten grupos y partidos. Sin embargo a lo largo de los últimos veinte años, se ha iniciado una nueva era de la competencia, especialmente debido a la globalización de los procesos económicos. Así, la competencia ya no explica el funcionamiento de una forma especial de mercado (mercado competitivo) distinta del mercado oligopolista y del monopolístico. Ser competitivo, la competitividad, ha dejado de ser un medio para convertirse en un fin. La competitividad ha adquirido la categoria de credo universal, el rango de ideología. ( Petrella, p.16, 1996 ). Engendrada por el neoliberalismo Hayekiano, esta ideología de la competencia (competitividad) está dotada de un devastador sentido de confrontación y aniquilación de los rivales. Constituye más que un instrumento, ascendida ya al santuario de lo incuestionable.

Los límites de la ideología: los excesos de la competencia.

A pesar de su popularidad, la competitividad está lejos de constituir una respuesta eficiente a los problemas y oportunidades que hoy plantea el nuevo mundo global y la nueva sociedad mundial. El resultado más chocante de esta ideología es la generación de distorsiones estructurales en el funcionamiento mismo de la economía, y sin hablar de sus desvastadores efectos sociales.

En primer lugar, es cada día más evidente para muchos que la competencia económica internacional de la última década ha desembocado en la eliminación de puestos de trabajo y reducción de los niveles de vida. Cabe entonces la pregunta: ¿ es posible confiar en que constituya una solución razonable, la competencia entre unas naciones donde la mano de obra trabaja 2.200 horas al año por mil dólares y otras donde la gente trabaja 1600 horas por 30.000 dólares ?

Si todos compiten entre sí, más tarde o más temprano se colapsará el sistema. Para sobrevivir, éste precisa de la multiplicidad y diversidad de "jugadores". La lógica de la competitividad impele a la reducción de la diversidad en el seno del sistema mediante la eliminación de todos aquellos que no fueron capaces de resistir el empuje de los más fuertes. En este sentido, contribuye a fomentar la exclusión social: las gentes, las empresas, las ciudades y las naciones no competitivas se ven apeadas y dejan de formar parte de la historia.

Pero además el neoliberalismo o ideología de la competitividad peca de unidimensionalismo, es decir, sólo contempla una dimensión de la historia social y humana: el espíritu de competencia. Éste es un poderoso motor para la acción, la motivación y la innovación, pero de ningún modo es obligatorio que opere aislada e independientemente de otros motores, como son el espíritu de cooperación y la solidaridad. Y la cooperación es, en efecto, otro elemento fundamental de la historia humana.

La ideologia competitiva neoliberal conduce a un notable empobrecimiento cultural, como lo muestran los actuales análisis y debates sobre temas relativos a la ciencia, la tecnología, la riqueza, la ética, el medio ambiente, las relaciones Norte-Sur o la paz y la solidaridad, donde todo se reduce a discutir sobre unos cuantos tópicos elementales relacionados con la empresa, el mercado, la gestión, la eficacia, la productividad y la innovación.

Otro vicio del neoliberalismo es su reduccionismo y fundamentalismo sectario. No es que dicha ideología sólo tenga un ojo; es que, además, este ojo es deficiente. No valora correctamente ni las pocas cosas que ve. Y es que la competitividad reduce todo el proceso de desarrollo de la condición humana y social a las percepciones, motivaciones y comportamientos del "homo economicus" convertido en "homo competitor". Todas estas percepciones, motivaciones y comportamientos, o bien se subordinan al dogma imperante que ha de legitimarlas, o bien son irrelevantes para la economía que es el único asunto que finalmente importa.

En definitiva, la cuestión no consiste en oponer las fuerzas del mercado a las demás fuerzas de la economía y discutir cuales son las más importantes y dignas de atención. Lo cierto es que todas son igualmente importantes y es estratégicamente vital asegurar el equilibrio de sus mutuas relaciones. Y es que cuantas más lagunas presenta la ideología de la competitividad o neoliberal, y cuanto peor ve lo que mira, tanto más vigorosamente proclama que aquello que ve es la única y última verdad. Su visceral rechazo a la política ha determinado que sus ideas son "vehículadas" ya no por los partidos políticos sino que por asépticos socios de cofradías como la Sociedad Mont Pèlerin y por brillantes miembros de institutos de estudio llamados eufemísticamente "think tanks". El fundamentalismo sectario de sus teólogos, sacerdotes y fieles sólo admite parangón con el fundamentalismo religioso característico de ciertos sectores del islamismo y del neocatolicismo. Los caballeros cruzados del neoliberalismo son agresivos en la teoría, ciegos en el enfoque y sectarios en la valoración y el juicio y en última instancia, son arrogantes. ( Le Monde Diplomatique, Agosto 1996 )

Y es que las desigualdades que se producen en el ámbito económico también se ven interferidas y amplificadas por las desigualdades y exclusiones sociales que origina la ideología de la competencia neoliberal. Pertrechada con la sola arma de las leyes del mercado, la competitividad crea exclusiones radicales entre los agentes económicos: todos están invitados a comer, pero tan sólo unos cuantos individuos, empresas, grupos sociales y regiones tendrán acceso a la mesa; concretamente aquellos que hayan adquirido su entrada gracias a ser más competitivos que los demás. Únicamente los ganadores tienen derecho a proseguir su camino hacia futuras conquistas. La gente acepta y asume cada vez más la lógica del ganador, al tiempo que los vínculos sociales y el sentimiento de compartir un destino común, son cada vez menos sinceros y menos duraderos entre los individuos, los grupos o los países.

En tales condiciones, es muy difícil hablar de la existencia de instituciones o regímenes democráticos. Puede que exista una democracia formal o más bien una poliarquía, pero no una democracia sustantiva si lo que prevalece es la lógica de la guerra económica y la ley del más fuerte, mientras que los derechos de los débiles no van más allá de los que les pueden corresponder al " buen soldado del ejercito productor ( en el supuesto de que haya encontrado empleo) o del ejército consumidor ( siempre que los costos del crédito no lo estrangulen )". ( Petrella, p158, 1996 )

RESUMEN Y CONCLUSIONES.

El pensamiento neoliberal, cuyas raíces están profundamente enterradas en el liberalismo clásico, surgió como una reacción contra los pensamientos keynesiano, postkeynesiano y socialista. El elemento distintivo de este pensamiento radica en la importancia asignada a la libertad individual. La libertad se ejerce a través de la libertad de decidir, con ausencia de cualquier tipo de coacción, determinadas líneas de acción, capaces de maximizar el bienestar, la satisfacción o la utilidad, sobre la base de consideraciones de beneficios o ventajas y costos o desventajas. En ausencia de coacción externa, las decisiones individuales reflejan el valor de todos los bienes y servicios, inclusive el de los "no económicos". Para observar adecuadamente la valoración social de las cosas, tanto en función de su escasez, como su utilidad, se debe promover y cautelar el funcionamiento libre de los mercados, no interfiriéndolos ni distorsionándolos. La competencia debe estimularse a todo nivel, impidiendo las conductas monopólicas, oligopólicas y las interferencias del Estado.

La neutralidad estatal es necesaria por motivos de eficacia. Para el neoliberalismo, un Estado activo e intervencionista es condición suficiente para generar desequilibrios e inestabilidades de todo tipo. Las "buenas intenciones" de los gobernantes, unidas a las presiones de grupos organizados y a una estructura institucional carente de adecuado financiamiento del gasto público, conduce a la intervención del Esatdo en asuntos propios de los particulares, con la consiguiente crisis financiera y pérdida de libertad. Las acciones estatales, añade el neoliberalismo, suelen agravar los ciclos económicos en lugar de atenuarlos y propagar si no crear, presiones inflacionarias. Así se agudiza el conflicto social, se desestabiliza el gobierno y se deslegitima el régimen político.

Como consecuencia, para mantener un sistema político estable basado en la libertad individual, es condición necesaria la reducción del tamaño y rol del Estado. La democracia sería incompatible con el estatismo, servidor de los grupos de presión y no del bien común. Es una ilusión pensar en la coexistencia de libertad política y "socialismo económico". La libertad individual sólo operará sin contrapesos al impedir la acción de grupos e instituciones que, mediante su tamaño y poder, alteren el funcionamiento competitivo de los mercados. Por este motivo debe minimizarse la fuerza de las asociaciones gremiales de todo tipo o grupos intermedios, potencialmente capaces de modificar en su favor el funcionamiento de algún mercado o de crear presiones sobre el Estado tendientes a mejorar su situación, en desmedro del bien común.

El neoliberalismo se sustenta en el paradigma del "homo oeconomicus", individuo racional maximizador de la utilidad. En efecto, la escuela neoliberal postula la interactuación del hombre en sociedad guiado sólo por el interés personal. Se los supone plenamente racionales, persiguiendo un máximo de satisfacción, determinado por sus propios fines. Tales fines personales no son necesariamente egoístas, pues el bienestar de terceros podría perfectamente constituir una motivación prioritaria del individuo. Se reconoce esta concepción del hombre como una reducción de la realidad, pero sosteniendo simultáneamente que constituye una aproximación lo suficientemente cercana al comportamiento efectivo del hombre medio como para tener capacidad análitica y predictiva superior a la de cualquier otra teoría conocida. ( Fontaine, p. 156, 1981 )

El neoliberalismo no es una mera reformulación de la teoría liberal clásica. Pretende dar respuesta a los problemas políticos, sociales y económicos contemporáneos, y aún cuando algunos de sus adversarios la califican de "economicista", va mucho más allá de esa dimensión. Por haber intentado dar una interpretación al conjunto de la problemática política y no sólo a la económica, se ha considerado al neoliberalismo como una visión global y totalizante del hombre y la sociedad. ( Cantolla p.116-17, 1994 )

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

-Internet"Le basculement du monde" http://www.monde-diplomatique.fr/md/1994/10/BEAUD/771.html Bajado 05/04/97 01:56:04

-Internet "Cato Journal v14 n2 Vanberg" http://www.cato.org/pubs/journal/cjv14n2-2.html Bajado 05/29/97 02:10:38

- Nishiyama, Chiaki. 1981. "El papel de la razón". Centro de Estudios Públicos Nº2, Marzo.

- Buchanan, James. 1981. "La economía y sus vecinos científicos". Centro de Estudios Públicos Nº2, Marzo.

- Hayek, Friedich A. 1980. "El ideal democrático y la contención del poder ". Centro de Estudios Públicos Nº1, Diciembre.

- Petrella, Ricardo. 1996. "Los límites a la competitividad". Editorial Sudamericana S.A. Buenos Aires.

-Internet "Comment la pensée devint unique" http://www.monde-diplomatique.fr/md/1996/08/GEORGE/5779.html Bajado 05/04/97 00:58:07