"Gramsci a la Carta"

por Enrique Fernández M.

1) INTRODUCCION.

Para abordar el tema de como Gramsci flexibiliza el marxismo, habría que dilucidar el significado dual que puede adquirir la palabra flexibilizar. La primera acepción, dice relación con la readecuación que hace el pensador italiano de conceptos marxianos, tales como la exclusiva preponderancia de la Estructura como causa que determina la Superestructura, así como otras precisiones y/o reformulaciones de los postulados de Marx.

Pero también pudiese ser que esta "flexibilización", se relacione con la necesidad de encontrar en algún pensador marxista reinterpretaciones con el fin de atribuir lo sucedido, en la aplicación leninista y stalinista de estos conceptos, a desviaciones del marxismo original, haciendo emerger a Gramsci como socialista demócrata a quién no se le escuchó a tiempo y quien sí es el portador del verdadero y no deformado legado filosófico y político de Carlos Marx.

Sin embargo, no intentaré llevar a cabo un análisis en profundidad de lo que significan los aportes teóricos de Gramsci, tales como el concepto de hegemonía, revaloración de la Superestructura, guerra de maniobras y guerra de posiciones, intelectual orgánico, etc. Se tratará más bien,en primer término, de mostrar las diversas "interpretaciones " que suscita la obra de Gramsci, algunas francamente divergentes y opuestas, pero más aún y posteriormente, intentar explicar porqué coexisten tantas y variadas versiones y qué intereses se parapetan tras el querer apropiarse del legado de Gramsci; en definitiva porqué se ha puesto de "moda".

A esta última cuestión quizá la respuesta la podamos encontrar desde ya en lo afirmado por Antonio Leal, (p.169): " uno de los caminos para enfrentar la crisis de paradigmas que vive la izquierda, es reconocer la crisis, identificar las causas de ella, admitir el desconcierto y el vacío y realizar una profunda búsqueda cultural ligada a la nueva realidad del mundo del 2000. Esto implica, en primer lugar, hacer un ajuste de cuentas con la tradición más influyente del socialismo, el marxismo ".

 

2) LIMITACIONES OBJETIVAS A LA LABOR INTERPRETATIVA DE LA OBRA DE GRAMSCI.

2.1. El pensamiento del filósofo sardo no es sistemático y los autores que lo recopilan o interpretan ( o re-interpretan ! ), deben ordenar las citas según un orden lógico, lo más riguroso posible, que vaya como afirma Flavio Capucci, (p.108), desde los presupuestos a las conclusiones. La falta de sistematización hace difícil saber exactamente lo que pensó sobre acontecimientos concretos y más aún posteriores a su muerte, lo que conduce a deformaciones y excesos en la interpretación de sus ideas.

Se colige entonces, que es necesario evitar la tendencia a actualizar a toda costa su pensamiento, a manipularlo esquemáticamente y sobretodo, a colocar en los hombros de Gramsci conceptos de la política que él no formuló o que se universalizaron, en tiempos muy posteriores a los de su elaboración.

2.2. Uno de los principales aportes intelectuales de Gramsci está contenido en los Cuadernos de la Cárcel. ¿ Qué limitaciones puede acarrear esta circunstancia ? La primera y más obvia, era que el estado fascista le vigilaba noche y día, y leía cada palabra que escribía. " Para evitar la censura de la prisión tuvo que ser vago cuando se refería a algunos de los más relevantes conceptos de la praxis marxista, debiendo usar usar un lenguaje ambiguo. Por lo tanto, resulta altamente probable que Gramsci no hubiese podido escribir abiertamente a favor de la insurrección armada ". Chris Harman, (p.12 )

2.3. Pero el encierro físico impuso otras limitaciones sobre Gramsci. En la época en que estaba encarcelado (1926 - 1933), estuvo sin contacto directo con la evolución de los acontecimientos internacionales, especialmente con la Stalinización de la revolución, lo que determinó que sus opiniones al respecto pecaran de falta de objetividad.

 

3) REVISIÓN DE VERSIONES CONTRADICTORIAS EN LA INTERPRETACIÓN DE CONCEPTOS GRAMSCIANOS.

Se analizarán tres aspectos relacionados con las ideas de Gramsci, que son valorados de modo sorprendentemente antagónico según sea el autor consultado.

3.1. Primer punto: la cuestión de la vía a seguir para alcanzar la sociedad comunista. Revolución v/s reformismo.

Gramsci planteó que las sociedades occidentales eran bastante diferentes de la Rusia zarista. El poder de la clase dominante en el Occidente se asienta principalmente, no en el control físico a través del aparato policial-militar, sino en la dominación ideológica ejercida a través de una red de instituciones voluntarias que se extienden por la vida cotidiana, es decir la llamada sociedad civil: los partidos políticos, los sindicatos, las iglesias, los medios de comunicación, etc. Por lo tanto, el aparato represivo del Estado es apenas una entre las muchas defensas de la sociedad capitalista.

Se desprende de esto, que la lucha clave para los revolucionarios no es un asalto directo contra el poder estatal, sino la lucha por el dominio ideológico, por aquello que Gramsci llama "hegemonía". La hegemonía se conquista mediante un proceso de largos años y exige paciencia y sacrificios a la clase obrera. En particular, la clase obrera puede hacerse contra-hegemónica sólo conquistando las principales secciones de la intelectualidad y las clases que ésta representa, a causa del papel decisivo que desempeñan al manejar la dominación ideológica. Hasta que la clase obrera no se haya convertido en clase hegemónica, las tentativas por tomar el poder estatal no acabarán sino en la derrota.

La justificación para esta posición se asienta en la distinción que Gramsci hace entre dos tipos de guerra:

a) la guerra de maniobra o movimiento, que implica el movimiento rápido por parte del ejército enemigo

b) la guerra de posición, una lucha prolongada en el que dos ejércitos en batalla llegan a un impasse, ambos casi sin poder avanzar, como en la guerra de trincheras de 1914-1918.

Hasta aquí lo puramente descriptivo de las propuestas gramscianas, que concitan acuerdo; veamos ahora las posturas interpretativas diferentes.

Ignacio Walker, (p.94): " La estrategia consistente en el ataque frontal al estado, guerra de maniobras, era una estrategia equivocada. Sólo una alternativa que apuntara a la ocupación cultural, al ejercicio de un verdadero liderazgo( hegemonía ) al interior de la sociedad civil, podría tener éxito; tal era el caso de la guerra de posiciones , una estrategia de asedio y no de asalto o toma del poder, una estrategia que demandaba una concentración sin precedentes de hegemonía pero que una vez ganada, lo es en términos definitivos ".

Chris Harman ,(p.5): " No es sorprendente que aunque estén entre los mejores análisis hechos por Gramsci, Las Tésis de Lyon hayan sido uno de sus últimos escritos a los cuales se pudo acceder. En ellas, su hostilidad hacia el reformismo reflejaba un claro entendimiento de la necesidad de la insurrección armada". Harman cita a Gramsci: " La derrota del proletariado revolucionario en este período decisivo (1919-20), fue debida a deficiencias políticas, organizativas, tácticas y estratégicas del partido obrero. Como consecuencia de estas deficiencias, el proletariado no consiguió colocarse a la cabeza de la insurrección de la gran mayoría de la población y canalizarla en dirección a la creación de un Estado obrero". " La conquista violenta del poder, necesita de un partido de la clase obrera con un tipo de organización militar, ampliamente difundido y enraizado en cada célula del aparato estatal burgués, y capaz de golpear e inflingirle serias bajas en el momento decisivo de la lucha ".

Antonio Leal, (p.253): " En mi opinión, la estrategia de hegemonía de Gramsci supera definitivamente, en términos teóricos pero también históricos, a la noción de "dictadura del proletariado" que nace con Marx, que absolutiza Lenin y que Stalin transforma en la dictadura del partido comunista ". Por si quedase alguna duda, el autor remacha diciendo: " El conflicto por la hegemonía queda siempre abierto, no se gana de una vez para siempre, está en disputa y ello prefigura la alternancia. La concepción de hegemonía supone un régimen político de libertades democráticas ".

 

3.2. Segundo punto: relación dialéctica Estructura económica - Superestructura y sus implicancias en el acceso a la sociedad comunista.

Gramsci nunca negó el papel determinante de la economía en la vida política. Sin embargo, rechazó la opinión de que el deterioro de las condiciones económicas de los trabajadores condujese automáticamente a la toma de consciencia revolucionaria.

Al respecto se puede leer en Walker, (p.93): " La pretensión presentada como un postulado esencial del materialismo histórico, de que toda fluctuación en la política y la ideología aparece como expresión inmediata de la estructura, debe ser considerada en teoría como un infantilismo primitivo y propio de una versión vulgarizada del marxismo. Gramsci enfocó preferentemente su preocupación por la Superestructura, pero en la perspectiva de una necesaria reciprocidad entre Estructura y Superestructura, en una unidad dialéctica, rechazando la idea de una Superestructura como epifenómeno de la Estructura económica ".

Por su parte, Harman ,(p.9), lo plantea de este modo: " Gramsci se opuso a las tesis stalinistas del tercer período que sostenían que la crisis mundial llevaría por sí sola a la revolución mundial. Los hechos ideológicos de masas van siempre retrasados respecto de los fenómenos económicos de masas. Entonces, en ciertos momentos el empuje automático debido al factor económico ( Estructura ) se frena, se detiene, o hasta queda momentáneamente destruido por elementos ideológicos tradicionales. Una iniciativa política adecuada es siempre necesaria para liberar al empuje económico de los obstáculos de la política tradicional ".

Pero también existe otra interpretación bastante peculiar respecto de la relación Estructura- Superestructura planteada por Gramsci. Afirma Leal ,(p.252) : " La elaboración gramsciana es la única teoría política de la transición formulada por un teórico de génesis marxista e implica la superación de la dicotomía entre Superestructura y Estructura- lo que en el plano filosófico representa la superación de la subordinación de la materia por sobre el espíritu- , que es el punto de partida de muchos elementos conflictuales y unilaterales presentes en la esencia del marxismo ".

 

3.3. Tercer punto:¿ existe fidelidad en Gramsci con los conceptos de la filosofía de la praxis marxista ?

En relación al partido comunista, Gramsci afirmaba que el desarrollo de él trastoca todo el sistema de las relaciones intelectuales y morales, ya que este desarrollo significa precisamente, que cada acto es concebido como útil y nocivo, sólo en cuanto tiene como punto de referencia, al mismo moderno Príncipe y sirve para incrementar su poder o para impedirlo. El partido, vanguardia poseedora de la visión de la Totalidad, debe ocupar en las conciencias el lugar de la divinidad y del imperativo categórico.

El partido ( expresión histórica de la unidad de la teoría y de la praxis ) fija la estrategia para la aceleración del curso histórico hacia el comunismo. El partido, por tanto, decide con autoridad inapelable la moralidad de las acciones. En este sentido el marxismo invierte el sentido de la moral. Esta ya no se determina mediante la relación entre la acción y el valor universal y objetivo; la moralidad de un acto se decide, más bien, por su colocación en el proceso histórico del tránsito a la sociedad comunista. Las categorías éticas de virtudes-vicios están incluídas en las categorías políticas de utilidad-daño al proceso revolucionario.

Veamos los diferentes enfoques interpretativos:

Flavio Capucci, (p.p. 104-06) : " Gramsci ataca la raíz reaccionaria y burguesa del moralismo. La moral comunista no consiste en la liberación del hombre, sino en la realización del comunismo: esta es la finalidad, la fuente de moralidad. Eliminada la metafísica, la ética se derrumba y serán acciones buenas las que acercan al hombre a la consecusión de la sociedad comunista y acciones malas las que lo impidan. Para Gramsci, fiel a la filosofía marxista o mejor dicho a la ciencia marxista de la historia, le ética de la revolución no tiene nada que ver con la ética tradicional ni siquiera con su versión más laicizada ".

" No faltan en Gramsci los elementos para un juicio rigurosamente marxista a propósito de la interpretación moralística. Para la filosofía de la praxis, las ideologías son cualquier otra cosa menos arbitrariedades; son hechos históricos reales que hace falta combatir, desvelando su naturaleza de instrumentos de dominio, no por razones de moralidad sino precisamente por razones de lucha política. Así, se puede hacer intelectualmente independientes a los gobernados de los gobernantes, para destruir una hegemonía y crear otra y todo como un momento necesario de la inversión de la praxis ".

Antonio Leal ,(p.249): " Gramsci conjuntamente con Rosa Luxemburgo y Lukacs, se inscriben en la corriente que coloca de relieve el factor de la subjetividad, de la espiritualidad, de la ética,... estableciendo un nuevo nexo entre sujeto y objeto, entre medio y fin, que permite descrubir en ellos profundas categorías que nunca fueron parte de la tradición marxista clásica: solidaridad, rechazo a la indiferencia, catarsis, tolerancia cultural ".

Leszek Kolakowski, (p.p. 226-28): " Muy pocos marxistas expresaron tan enfáticamente el punto de vista generalmente conocido con el nombre de historicismo ( en uno de los sentidos de este término), por oposición a trascendentalismo. La esencia de este pensamiento consiste, en que el significado y racionalidad de toda conducta humana y de todo producto de la actividad humana, incluídas obras de la mente tales como la filosofía y la ciencia, se manifiestan sólo en relación con los procesos históricos globales de los que forman parte. Para Gramsci no existe nada, sino la cambiante forma de la praxis humana: todo significado deriva de la praxis y está relacionado con ella. En este sentido, la historia humana constituye el único límite absoluto del conocimiento ".

 

4) CONCLUSIONES.

Como se manifestó en la introducción, he intentado demostrar las elocuentes contradicciones existentes entre ciertos intérpretes del pensamiento gramsciano y buscar especulativamente, la o las razones de estas diferencias. De este modo, he agrupado a los analistas de la obra de Gramsci en tres grandes corrientes, según las "motivaciones" de los autores:

a) Autores como Flavio Capucci, quienes desde la perspectiva del paradigma clásico, intentan desenmascarar la supuesta inofensividad del renovado sustento teórico de Gramsci al Eurocomunismo y la izquierda actual, y de ahí, alertar contra este nuevo virus marxista, que aguardando cual espora, puede resultar aún más letal para la sociedad demo-liberal contemporánea. Se refiere fundamentalmente a la celosa adscripción de Gramsci al contenido filosófico inmanente y materialista-histórico de Marx, y por tanto, al desdén por la filosofía "clásica" o especulativa, adoptando la filosofía de la praxis. " La originalidad del gramscismo, es que habiendo modificado el método no ha hecho languidecer sino que potenciado la filosofía marxista. Más dúctil en los sistemas, el marxismo gramsciano es tanto o más rígido y totalitario en la esencia ". Capucci, (p.110)

b) Autores como Antonio Leal, quienes habiendo tenido un pasado de militancia en el partido comunista y por tanto pertenecientes a un paradigma crítico, intentan respaldar su tránsito a posiciones políticas partidistas que les son más atrayentes y adecuadas, adaptando la lectura de conceptos-ideas gramscianos, a formas social-demócratas. " La concepción de hegemonía supone un régimen político de libertades democráticas y Gramsci lo señala claramente: "somos liberales, aún cuando somos socialistas" ". Leal, (p.253).

c) Autores como Chris Harman, quienes desde su fidelidad al paradigma crítico, desdeñan la utilización de conceptos teóricos gramscianos que pretendan situarlo como un marxista "light" o revisionista y que abogan por la reafirmación del compromiso de Gramsci con la ortodoxia de la praxis marxista. " Los Cuadernos de la Cárcel sufren, por encima de todo, de la incapacidad de pasar de conceptos abstractos a los análisis concretos de situaciones concretas. Es este hecho, evidentemente, el que atrae a aquellos burócratas y académicos que quieren un "marxismo" reformista, divorciado de las luchas de masas de los trabajadores. No nos encerremos voluntariamente en la jaula de abstracción filosófica de la cual Gramsci quería tanto escapar ". Harman, (p.p. 2 - 13)

Tal como se dijo al titular este trabajo, desde su propio paradigma, elija la versión interpretativa que más le guste o acomode, según sea su gusto o necesidad de flexibilización, total hoy en dia disponemos de " Gramsci a la carta ".

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS

*) Capucci, F. Antonio Gramsci. Cuadernos de la cárcel. Madrid: Editorial Magisterio Español S.A., 1978.

*) Harman, C. Antonio Gramsci: Socialista revolucionario. Internet: http://e033.gene.uic.edu/espanol/gramsci.html, bajado 10/12/97.

*) Kolakowski, L. Las principales corrientes del marxismo. III La crisis. Madrid: Alianza Editorial, 1985.

*) Leal, A. El crepúsculo de la política. Santiago de Chile: LOM ediciones, 1996.

*) Walker, I. Socialismo y democracia. Santiago de Chile: Cieplan-Hachette, 1990.