¿Chupacabras o Chupasesos?

chupacabrasLa razón de la sinrazón es lo único que podría explicar lo que hemos vivido en Chile estas últimas semanas. Quien iba a pensar que un ser mitológico fuera el centro de interés de una ciudadanía "aspiracional" como dicen algunos intelectuales sistémicos o de unos medios periodísticos que se dicen profesionales. Se podría entender que en comunidades humildes, ignorantes o por último simplemente aburridas, se le diera tanta importancia a un supuesto ser "extraño", el cual ataca a los animales por la noche y les succiona la sangre. Sin embargo, que todo un país sea inundado con teorías respecto a un ser mitológico que nadie ha visto y emerge desde las profundidades de la noche para devorar a los caprinos, es síntoma de una sociedad enferma de novedad, de distracción, de algo que la saque del tedio y de las incertidumbres de la vida diaria. Pero, ¿y que hay de los medios que generan estas noticias? ¿Es realmente un tema de interés nacional? ¿Por qué la verdad no interesa?

Desde hace semanas se sabe que los "extraños" ataques fueron causados por perros salvajes o "sebados", los cuáles vagaban por la ciudad de Calama y al perder sus fuentes normales de alimento se volcaron hacia el ganado caprino de los parceleros del sector. Pero como historia esto era demasiado aburrido. En síntesis y en un lenguaje de mercado: "no vendía". Aprovechando el temor de los lugareños, nuestros enviados especiales no dudaron en desestimar los informes del SAG e inmediatamente echaron a correr el rumor del "ser extraño". Durante más de dos semanas fuimos testigos de como los principales canales de televisión y medios escritos cubrían una noticia inexistente; una broma popular. Se le inventó un nombre: "El Chupacabras". Sin una pizca de verguenza, estos "profesionales" de la prensa nos inundaron con los entretelones de un supuesto animal milenario o mascota extraterrestre que atacaba desde la segunda hasta la sexta región. Silencioso, ubicuo, aterrador; el chupacabras dejaba de lado las vicisitudes judiciales del ex-dictador, ex-hombre fuerte y ex-hombre sano de la república. El chupacabras periodístico nos chupaba los sesos mientras se confirmaba que el país aún no se reactiva, que todavía hay cerca de 400 mil desempleados, que casí un 40 por ciento de los afiliados de las AFP no reciben su cotización. Se despierta a la mitología para aplacar los temores y sinsabores del presente. Pero lo más grave es que esto se lleva a cabo por aquellos cuyo deber ético es informar verazmente lo que sucede en el país. Como dijo atinadamente el comentarista de TV Paulo Ramírez en El Mercurio: "Señores periodistas: el chupacabras no existe. Díganlo de una vez, apaguen las cámaras y déjense de estupideces. Cosas más importantes están pasando aquí y en otras partes".

Se nos ha mentido de una manera burda. No entregar las verdad cuando se la tiene al frente es sinónimo inequívoco de mentir deliberadamente, no importando que la historia sea o no divertida e inocua. Con toda razón podremos decirles a muchos periodistas: ustedes mienten señores y tenemos pruebas de ello. No exijan libertades sin responsabilidades.

Me resulta aún más desagradable esta situación pues hago clases en una escuela de Periodismo, donde se les inculca a los estudiantes el respeto por la verdad y por el público. Tras este episodio burlesco se esconde algo que no es para la risa. Se ha dañado gravemente los supuestos de la profesión periodística. Quien dará crédito a los noticiarios que hicieron su agosto con el chupacabras, si dan veracidad a lo invisible y esconden lo visible. ¿Por qué habrían de actuar de otra manera en temas más serios? ¿Por qué confiar en ellos cuando hablan de política o asuntos sociales? Si de vender se trata, y tantos periodistas existen en el mercado, entonces debemos esperar ver en el futuro una serie de nuevos seres mitológicos, ovnis y otras rarezas ocupar las portadas de diarios y horarios prime-time de TV. Pueda ser que veamos en poco tiempo un noticiario de la realidad imaginada. Y dirán: ¿de la verdad?... que se ocupen otros.

Grupo Propolco
Manuel Gárate Ch.