¿EL HUEVO O LA GALLINA?

por Enrique Fernández M.

Hace pocos dias nos sorprendió la noticia del cierre de las transmisiones del canal dos de televisión. El modo intempestivo de proceder por parte de sus actuales dueños recuerda y tiene el regusto amargo de la conducta "apatronada". Ni hablar de respeto hacia quienes eran trabajadores de este medio, ni siquiera hacia los televidentes que somos los consumidores, respetable público de este medio de comunicación social¿ bonitos eufemismos no? Seguramente los propietarios quisieron enfocar sus esfuerzos empresariales a otros rubros y desenchufaron la antena apenas así lo acordaron.

Así también lo hacen aquellos que participan emprendedoramente en el negocio de la educación y que deciden de un dia para otro, que las dependencias de un colegio servirán para instalar una avícola o cualquier otra aventura comercial, que esté en aquel momento siendo más lucrativa.

Son los avatares de actividades que en este modelo económico social, deben regirse según las inmutables y libertarias leyes del mercado. La invisible mano sabrá de un modo muchísimamente más afortunado que cualquier intervención humana disponer las decisiones, que al final, resultan lo mejor para una sociedad libre.

Sin embargo a veces es posible distinguir o tan solo intuir que la invisibibilidad no está exenta de un cierto y pertinaz sesgo. Ocurrió hace más de un año cuando se cerró el diario la Epoca y se esgrimió, como causa, la inviabilidad comercial del proyecto periodístico que intentó llevar a cabo. Es decir, en buen chileno, escapar de la unilateralidad en el manejo de la información escrita que de modo cotidiano monopolizan los dos consorcios que son dueños de toda la prensa nacional. Habida excepción de ciertos casos en provincias y del Metropolitano que, pasado un período inicial de pretendida imparcialidad, develó su apego inquebrantable hacia las mismas ideas que preconizan el grupo Edwards y Copesa.

¿Como hacemos para asegurar el derecho a la libre información y que coexistan en una sociedad diferentes canales en la prensa escrita que den garantía de enfoques diferentes, de expresión de opiniones plurales, de confrontación de ideas?

Respuestas distintas surgirán según se considere que se trata de un derecho de los ciudadanos y que es labor de toda la sociedad a traves del estado asegurarlo o, si se trata de sólo otro bien o servicio que cada ciudadano puede consumir como lo haría con una bebida o con una lavadora.

En la visión mercantilista integrista del neoliberalismo, todo es susceptible de ser asignado por el libre juego del mercado, ya sea educación, salud, información, deportes, del modo como lo hace con manufacturas, materias primas, servicios profesionales, etc.

Tiraje y publicidad están íntimamente asociados en el financiamiento de un periódico. El modelo reza que si la calidad y contenido del diario son apetecidos por los consumidores entonces estos los premiaran con su preferencia y al aumentar el número de lectores, se interesarán las empresas de publicidad en colocar avisaje en dicho medio, cerrando así el círculo y permitiendo su mantención y crecimiento.

Pero qué sucede cuando - suponiendo que el periódico o canal televisivo ya alcanzó un cierto volumen de lectores o telespectadores que atrae a los avisadores - éste promueve ideas que van en contra de los propietarios de las principales compañias, empresas y conglomerados económicos del país ? ¿La mera búsqueda del interés económico garantiza por sí sola una ciega e invisible asignación de recursos que asegura el pluralismo, o sea, financiamiento aunque no piensen como ellos o incluso si les son antagónicos?

¿ Que pasa si desde su inicio el proyecto periodístico de un nuevo medio no gusta a quienes tienen la manija del poder económico en una sociedad ?

No resulta coherente para una democracia que debe formar ciudadanos, que elementos fundamentales para esta tarea como son prensa escrita y televisión plurales, entren a competir al mercado sometidos exclusivamente a las reglas de la catalaxia como cualquier otra mercancia o servicio. Inmoral resulta además el hecho que este juego ya comenzó hace rato y que quienes desde un comienzo juegan, fijaron y controlan las reglas.

Diciembre, 1999.