"La vitalidad de un proyecto político descansa
en la vigencia de sus ideas y creo que aquéllas por las que he luchado
viven, aunque no sé dónde ni con qué fuerza".
Andrés Allamand
Conocido resulta en al discografía de Violeta Parra el tema, "La Exiliada del Sur". Después de leer "La Travesía del Desierto" de Andrés Allamand, me vino de inmediato a la mente parte del título de este artículo. Sabor amargo deja su lectura. Para quienes nos hemos opuesto radicalmente al neoliberalismo y su pertinaz ofensa a la política y a la democracia, aún más.
Dice el autor, travesía del desierto. Quizás siempre estuvo
solo o se sintió como tal, pero lo cierto es que en un desierto casi
no hay nada a la vista y en su caso, como demócrata, hubo mucho que
ver y quizá hasta mucho de no haber querido ver ni saber.
Pregunta acuciante es conocer si la travesía de este desierto tenía
como punto final los EE.UU. Curioso, pues normalmente quienes atraviesan un
desierto lo hacen porque están obligados a cruzarlo en pos de otro
sitio, al cual anhelan llegar y que se encuentra allende interminables kilómetros
de tórridas arenas.
La valoración neoliberal
de la democracia y de la política.
"Mi idea central era que había que atraer al gobierno y a la
concertación hacia dentro del modelo y no empujarlo hacia afuera".
- "La "apropiación" por parte de los adversarios de
nuestro pensamiento económico era un éxito y no una derrota".(1)
¿Candidez de Allamand? ¿Cómo pretender articular la implementación
de un modelo de economía neoliberal con la adscripción a la
democracia liberal, como él la llama, por parte de los autoritaristas
del mercado que dominan sin contrapeso la derecha chilena? Imposible, al decir
de Ralph Dahrendorf es querer cuadrar el círculo; lo principal es el
modelo en lo económico, el marco político o mejor dicho el régimen,
le es secundario, funcional a éste. Si las condiciones sociales no
son las propicias para seguir en la senda de lo que denominan desarrollo y
crecimiento, entonces abjurar de la práctica de la democracia no constituye
mayor problema.
Tal comportamiento tiene su sustento político-filosófico en
F.A. von Hayek, quien proclamó a los cuatro vientos que la democracia
y la politica eran conceptos suceptibles de grandes vicios y que contenían
en sí mismos el gérmen de la corrupción y de la degradación,
impidiendo a las sociedades concertarse en aras del crecimiento económico
de ellas.
El modelo de economía neoliberal es una teoría que cual módulo
puede "encajar" en cualquier sistema político, no es consustancial
a la democracia en lo político. No son dos caras de una misma moneda
como se intentó hacer creer a principios de los '80 en plena euforia
occidentalista, al ver la caída del muro de Berlín y el derrumbe
de la URSS(2) . Democracia y capitalismo neoliberal (autoritarismo de mercado
o integrismo economicista ) no son una entidad indivisible sino que más
bien constituyen una insoluble dicotomía.
Autores como Lester C. Thurow incluso plantean una relación dialéctica
anterior entre capitalismo y democracia al decir que, "La democracia
y el capitalismo tienen muy diferentes puntos de vista acerca de la distribución
adecuada del poder. La primera aboga por una distribución absolutamente
igual del poder político, "un hombre, un voto", mientras
el capitalismo sostiene que es el derecho de los económicamente competentes
expulsar a los incompetentes del ámbito comercial y dejarlos librados
a la extinción económica... Para decirlo de la forma más
dura, el capitalismo es perfectamente compatible con la esclavitud. El sur
norteamericano tuvo un sistema semejante duarnte más de dos siglos.
La democracia no es compatible con la esclavitud"(3)
La derrota de la política
o la "nueva enfermedad de la política".
"Mi razonamiento era que el triunfo universal de la democracia, paradojalmente,
estaba conduciendo a la derrota de la política. En su raíz,
influía un fenómeno cultural: la sociedad contemporánea
transitaba desde la "desviación colectivista" propia de la
década del 60, caracterizada por metas comunes, protagonismo del Estado
y vigencia de los partidos, a la "desviación individualista"
de los 90, marcada por metas individuales, retraimiento del Estado y auge
de los liderazgos personales. Si la enfermedad antigua había sido su
excerbado ideologismo, la nueva era un pragmatismo despojado de ideales. No
desconocía que la política debe tener una dimensión práctica,
donde evalue la eficiencia de los administradores en la solución de
lo cotidiano, pero llamaba a no perder de vista que la política iba
más allá:
- imaginar que las contiendas políticas del futuro se reducirán
a una competencia de puentes inaugurados o de metros cuadrados construidos
es apenas una degradación más de la política. Así
como se equivocaron quienes proclamaron el fin de la historia, aún
más perdidos andan los que anuncian el fin de la política".
(4)
Lo que necesita Allamand es identificar la etiología de esta enfermedad;
ésta se encuentra en el hecho que neoliberalismo no es igual a liberalismo.
En este último, el anhelo de libertad individual y la desconfianza
por la figura del Estado (Leviatán) no estaban desprovistos del apego
por la democracia representativa como sistema político. Así
lo dijo más de alguna vez Milton Friedman.
En cambio los neoliberales transformaron la democracia en un medio y no en
un fin, lo que recuerda a otras ideologías totalitarias de este corto
siglo XX. No todos los neoliberales son demócratas como lo entiende
Andrés Allamand. Por lo tanto ser propiciador de este modelo no siempre
implica adscripción a la democracia. Hay que precisar hasta que punto
se está dispuesto a supeditar otras cuestiones en aras de la implementación
del modelo económico.
No basta con la adhesión verbal a ciertos esquemas electorales y de
recambio periódico de autoridades; se trata de no vaciar estos actos
o hechos de contenido concreto de funcionamiento democrático: debate,
discusión, confrontación de ideas, polémica, información
veraz, plural, documentada, respeto a la mayoría, en resumen, actividad
política cual pilar esencial de una democracia ciudadana y no "cosismo"
o "pragmatismo despojado de ideales" como bien dice Allamand.
La inquietante tranversalidad
de la política para la democracia.
El ideario neoliberal, ortodoxamente
impuesto durante la dictadura militar y tibiamente reformado y administrado
por los gobiernos concertacionistas, pareciera hacer surgir un nuevo sesgo
o clivaje en el sistema de partidos políticos en Chile: autoritarismo
de mercado v/s democracia ciudadana. La llamada transversalidad actual da
fiel cuenta de ello.
Por una parte están quienes, herederos de vertientes ideológicas
con excluyentes primacías por la igualdad o por la libertad, confluyen
en la creencia de que ningún esquema o modelo económico puede
erigirse en un corpus rígido y dogmático no suceptible de ser
criticado y modificado por la expresión democrática de la sociedad.
Son los que piensan, al igual que Allamand, que "las razones de estado
son repugnantes para la democracia" y que "los problemas de la democracia
no es solo un problema de los políticos". (5)
En este nuevo eje referente, estamos los que buscamos sanar a la política
de su actual enfermedad, somos los que respetamos a la democracia con sus
imperfecciones y no abominamos de la política para así permitirnos
decidir por los demás lo que suponemos es mejor para ellos.
Los adversarios, integristas y cultores del autoritarismo de mercado, veneran
la tecnocracia, creen que la economía es ciencia exacta y que la sociedad
sólo se comprende como la suma de los comportamientos de cada individuo
en la búsqueda de la satisfacción de sus egoístas intereses.
Finaliza el siglo y con él, el milenio. Cumplimos 10 años de
"transición". Ironías del destino para este Chile
orgulloso de su democracia neoliberal. Su principal mentor, permanece preso
en Londres; Estados Unidos otorga asilo político a una periodista chilena
y acoge en instancias académicas, al carismático político
que pretendió mostrar al país y al mundo que la renovación
ideológica no era privativa de las fuerzas de izquierda.
Craso error Andrés, mejor decir al igual que el ex presidente Frei
Montalva, "vendrán tiempos mejores", ojalá para tí,
para tus ideas y para Chile.
Octubre , 1999.
1-Andrés Allamand:
La Travesía del Desierto. Aguilar Chilena de Ediciones. Ltda. Santiago
de Chile, págs. 240-50, 1999.
2-Adam Przeworski: Democracia y Mercado: reformas políticas y económicas
en la Europa del Este y América latina. Cambridge University press,
1995.
3-Lester C. Thurow: El Futuro del Capitalismo. Javier Vergara Editor S.A.
Buenos Aires, Argentina, pág. 258, 1996.
4-Andrés Allamand: La Travesía del Desierto. Aguilar Chilena
de Ediciones, Ltda. Santiago de Chile, pág.479, 1999.
5-Allamand, ibid. págs, 513, 524.