LA INFILTRACIÓN SOCIETAL DEL NEOLIBERALISMO.

por Enrique Fernández M.
"La economía política neoliberal es una
de esas ramas de la economía moderna
que parece en efecto basada en el antiguo
consejo del fabricante de corsés: si mada-
-me se encuentra enteramente cómoda en él
,seguramente necesitará un tamaño menor"
Amartya K. Sen
Premio Nobel de Economía 1998.

1- Neoliberalismo y la figura gramsciana del intelectual orgánico.

El neoliberalismo es mucho más que una doctrina económica. Constituye una ideología en el sentido que Joaquín Fermandois ha dado del término, o bien una utopia según la conceptualización de Pierre Bourdieu. La imposición en Chile de tal ideología, coincidente con su mayor auge a nivel mundial en la década de los ‘80, siguió caminos que son interesantes de conocer y develar. Lo primero es comprobar cómo los neoliberales hicieron suyos elementos de análisis de un pensador marxista, Antonio Gramsci, en relación a la verdadera naturaleza del poder en las sociedades occidentales.

En Occidente, si una revolución ha de triunfar - recogemos la idea de Tomás Moulian de que en Chile se llevó a cabo una revolución neoliberal durante la dictadura militar - ésta no debe concentrarse sólo en la mera conquista del Estado (nivel de dominación, en sentido estricto), sino en la conquista de la sociedad civil (nivel hegemonía).

Es más, se debe apuntar a la ocupación cultural de la sociedad antes que a la conquista del Estado toda vez que en las sociedades occidentales , la supremacia de un grupo social se manifiesta de dos maneras: como dominación ( poder coercitivo del Estado) y como hegemonía(dirección moral e intelectual).

En esta perspectiva, esencial resulta la figura del "intelectual orgánico" que cada clase crea para sí, ya que le dan a ella una homogeneidad y una conciencia de su propia función, junto con permitirle ganar el consentimiento activo de otras determinadas clases sociales.

La revolución neoliberal lo comprendió muy bien. En un primer estadio y desde el control total del aparato del Estado durante la dictadura, no se contentó con la coacción y la amenaza del uso de la fuerza sino que copó todos los espacios posibles en la sociedad civil, mediante un sistemático trabajo de infiltración de sus intelectuales orgánicos. Era en este nivel donde debía quedar estructuralmente consolidado el cambio o revolución neoliberal en la mente de las gentes, en su diario vivir, en el sentido común de las cosas y de la existencia cotidiana.

De este modo - y como obvia consecuencia de la implementación de los postulados neoliberales - una vez que el Estado fuese reducido a su mínima expresión, demonizando su rol y su existencia y cuando debiese hacerse entrega (negociada o forzosa de la administración del aparato estatal), la pervivencia de la revolución estaría asegurada no sólo por los amarres y mecanismos protectores constitucionales sino que prefigurada su internalización y perpetuación, no ya desde la intermediación de los partidos políticos, sino que desde los propios estamentos de la sociedad civil.

2- Labor y métodos de los economistas neoliberales como intelectuales orgánicos.

Es importante esbozar algunos de los preceptos insistentemente utilizados y vehiculados por los intelectuales orgánicos del neoliberalismo, fundamentalmente economistas de la escuela de Chicago, que ocuparon las "trincheras" emplazadas en los medios de comunicación, universidades privadas de nuevo y antiguo cuño e incluso en las filas concertacionistas que participan del actual gobierno.

- El Mercado lo debe regir todo, nada debe interferirlo, obviamente no el Estado ; la mejor manera de conducir una sociedad es dejando a los individuos libres de cualquier coerción e interactuando en el Mercado.

- Existen leyes que rigen estos comportamientos, estudiadas por la Economía, que por tanto es ascendida a la categoría de ciencia dura con capacidad predictiva, inmutable e infalible. La economía es una herramienta empírica, positivista, y sus dictámenes - entregados sólo por aquellos que son expertos -, resultan indiscutibles.

- En el enfoque de economía como ciencia dura y no social que postula el neoliberalismo, resalta la utilización de las matemáticas para afianzar sus dictámenes y arroparlos de solidez científica. Siempre los neoliberales publicarán, hablarán, expondrán con apoyo de cifras, encuestas, gráficos, tablas, etc. A mayor profusión de números y guarismos se corrobora el carácter positivista de esta ciencia y por tanto la verdad irredargüible contenida en sus afirmaciones y predicciones. Si cualquier argumento no es respaldado por una cifra, no existe, no vale, se desecha por falaz y contrario al modernismo.

- Pero concomitantemente, nunca o escasamente se explicita aunque sea en pequeña medida, la técnica estadística utilizada ni menos la contrastación con otros estudios similares. El llamado a la ciencia matemática es válido sólo en la medida que permite ratificar los preceptos de la fe neoliberal.

- Sin embargo subyace algo más grave aún. El dogma de la economía neoliberal recurre a números y matemáticas sólo como pantalla o disfraz para reclutar adeptos. En efecto, siempre que en forma consistente se demuestra utilizando sus mismas "armas" (encuestas, tablas estadísticas, etc.) que sus conclusiones son equivocadas, que la realidad no corresponde a lo que el análisis de sus cifras proclama, entonces surge el rechazo de plano a tal objetivación y se echa mano al recurso del paternalismo despótico.

El semanario "The Economist", bastión de los acérrimos defensores de los mercados libres, dió hace poco tiempo prueba fehaciente de lo antes dicho. Apoyados en datos extraídos de una encuesta de alcance mundial - 12.000 adultos en 22 países - resaltaba exultante el hecho que pese a estar en épocas de turbulencia económica, la gente seguía apoyando, aunque fuese por escaso margen, las políticas económicas neoliberales en cuanto a continuar con la baja de aranceles versus algún tipo de protección a la industria local. Un margen mayor se observaba a favor de la postura de incrementar la competencia abierta y desregulada entre proveedores de bienes y servicios versus más controles, subsidios y regulaciones gubernamentales.

Hasta aquí los resultados numéricos eran la incontestable prueba de que se debían mantener y reforzar las recetas neoliberales ya que contaban, además de su intrínseca sabiduria, con la aprobación de la gente.

Sin embargo, al llegar a la 3ª pregunta, en un intento por "explorar la tercera dimensión del liberalismo económico", - el apoyo a la libre e incontrolada circulación del capital -, emergió el puño de acero antidemocrático de esta ideología. Los resultados arrojan lo que para "The Economist" constituye "un resultado menos alentador para los liberales": mundialmente, 49 % está a favor de controles más estrictos y un 37 % en contra, mientras un 14 % declara no tener opinión o no saber. Plantéanse entonces estos demócratas funcionales o circunstanciales la pregunta de cómo deben los liberales reaccionar frente a estos resultados:

"Una respuesta puede seguir el camino de satisfacer a la opinión pública controlando la libre circulación de divisas y capitales toda vez que preservando el libre mercadismo en bienes y servicios. Dejando de lado sus potenciales costes económicos, esta puede ser sin embargo, una estrategia riesgosa. El sentimiento proteccionista tiene el hábito de operar en un comienzo abogando a favor de causas plausibles y de ahí inferir hacia aspectos generales. Una vez que se ha concedido algo en alguna área, por ejemplo movimiento de capitales, ya no existe garantía de que no se intentará implementar otra idea"

Los argumentos así obtenidos y que contradicen el dogma o pretenden alterar la fe, son descartados violentamente aduciendo que resultan inconvenientes, con referencia a pautas primigenias de tipo social, moral, ética o divina. El caso de "The Economist" es patognomónico de cómo se pasa de lo científico a lo ideológico, como diría Castoriadis, "el predominio de la doxa por sobre el episteme".

3- Neoliberalismo v/s Democracia.

Se demuestra entonces porqué el neoliberalismo es intrínsicamente anti democrático. Mientras la mayoría acepte o esté obligada a comulgar con las enseñanzas de la fe, en que todo marcha según el Plan, el neoliberal tolera el ejercicio democrático. Pero si se pretende, porque así la mayoría lo quiere, alterar algún pilar estructural de la teoría, entonces ni la política ni la democracia deben ser aceptadas pues sólo conducirán a la sociedad al precipicio. Abandonar la senda del neoliberalismo es caer en el marasmo de la falta de crecimiento económico, la detención en la creación de riqueza, rechazar la modernidad, cerrar el cepo sobre la cabeza del individuo libre y maximizador de su interés y creatividad.

En la senda de L. von Mises y F.A. Hayek, Deepak Lal, otro recalcitrante neoliberal de última generación afirma: "Se requiere un gobierno valiente, decidido y quizás antidemocrático para reprimir sin contemplaciones a estos grupos de intereses especiales de nueva creación" Un lenguaje tan belicoso nos lleva a preguntarnos si en el sistema neoliberal puede tolerarse cualquier clase de participación política. También convendría preguntarse si un Estado "decidido" que "reprime sin contemplaciones" a los grupos de interés es algo diferente del Estado mínimo que los neoliberales dicen preferir. A su vez, esto nos lleva a preguntarnos si la tendencia de algunos neoliberales a excluir lo político de sus análisis no tratará de distraer la atención de las implicaciones políticas, inconvenientemente draconianas, de sus prescripciones.

Al develar su verdadero rostro antidemocrático, comprobamos que el neoliberalismo se ha adueñado, mañosa y arteramente, del concepto contenido en la palabra liberal. ¿Que tiene de liberal el neoliberalismo? Nada o muy poco, lo que si hay es una usurpación del término.

José Piñera, eximio exponente criollo del neoliberalismo, gusta que lo llamen "liberal". Sus "modernizaciones" o reformas liberales propendían a darle más libertad al individuo pero nunca debían éstas ser siquiera susceptibles de ser cambiadas, jamás los individuos así liberados pueden juntarse, deliberar y decidir por el interés colectivo y no por el egoísta. "La reforma previsional no había podido ser aprobada por órganos democráticos de decisión, su verdadera legitimidad iba a nacer de la decisión aislada de cada trabajador chileno. La reforma podía no ser hija de la democracia representativa, pero iba a ser hija de la democracia directa". "El verdadero liberalismo está aquí. O confiamos en el individuo, y confiamos por lo tanto en su libertad y su responsabilidad, o confiamos en otras instancias que decidan por él !"

Se dice confiar en los individuos pero ellos sólo pueden ser libres "para" elegir o decidir hasta no cuestionar los fundamentos del sistema. El corpus de principios inmutables lo maneja la vanguardia, los elegidos. La libertad "para", según Isaiah Berlin, eminente filósofo liberal, es "una espuria noción de libertad según la cual se inflige a la gente todo tipo de constricciones y limitaciones en el entendido de permitirle al pueblo "libertad para" desarrollar todas sus potencialidades. Este tipo de libertad es la que frecuentemente esgrimen autócratas y dictadores para justificar la coerción y el terror".

Estos neoliberales, han disecado el concepto liberal extrayéndole el componente primordial, su adscripción a la libertad política encarnada en la Democracia como régimen político. Son en esencia dogmáticos y muy poco liberales. Una cita de Bertrand Russell, ahorra otros comentarios:

"La diferencia fundamental existente entre un enfoque liberal y otro no liberal, estriba en que el primero enfrenta todas las preguntas abriéndolas a la discusión y dudando de todas las opiniones en mayor o menor medida, mientras que el segundo, sostiene anticipadamente que ciertas opiniones son absolutamente incuestionables y que no se debe permitir la exposición de ningún argumento que las contradiga.

Lo curioso de esta posición es la creencia que si se permite llevar a cabo estudios objetivos, éstos conducirían a los hombres hacia conclusiones erróneas y que, por lo tanto, la ignorancia es la única salvaguarda contra el terror. Este punto de vista no puede ser aceptado por nadie que desee gobernar las acciones humanas, no con prejuicios sino que mediante la razón.

4- La tercera vía.

Tiempo atrás Juan Gabriel Valdés planteó que la solución a los problemas generados por la implementación del dogma neoliberal, surgiría seguramente desde la vertiente liberal y no del pensamiento socialista o socialdemócrata.

Sin embargo, se habla desde hace tiempo de una postura intermedia, en que se rescatan los aportes del liberalismo con el tropismo de igualdad, equidad y justicia social del socialismo. En los albores del nuevo milenio, pareciera por fin que ésta será una respuesta no dogmática, por tanto no excluyente de lo positivo contenido en ambas visiones. Quizás evoque el "liberalsocialismo" de Norberto Bobbio, calificado por él mismo como una actitud de ánimo y una orientación de la conciencia "conducente a un compromiso político que hubiera debido hallar su realización en el reconocimiento de los derechos sociales, exigidos por la tradición del movimiento socialista, como condición previa del pleno ejercicio de los derechos de libertad exigidos por la tradición liberal."

Nombres y apelativos adjetivados no faltan. La 3ª vía de la socialdemocracia europea, la de Tony Blair, Lionel Jospin, Gerard Schröeder, y su versión norteamericana, el"conservative progressivism" de Bill Clinton.

Anthony Giddens, su mentor intelectual afirma: "Los supuestos del individualismo metodológico son dolorosamente restrictivos. Las estructuras sociales, políticas y desde luego económicas, deben reintroducirse en el análisis. Sin embargo, es muy importante que al hacerlo así - y éste es otro legado vital de la nueva economía política neoliberal- no se excluya el poder de autodeterminación de la agencia individual y de la persona singular. Un estructuralismo que trate a la gente como si estuviese determinada sólo por las estructuras no es menos objetablemente reduccionista que un individualismo que trate a la sociedad, al sistema político y a la economía únicamente como agregados de la acción individual autodeterminada".

Queda aún mucho trabajo. Plasmar en programas concretos la superación del neoliberalismo. Articular propuestas económicas alternativas, centradas en la persona y no en las cifras, en la senda del reciente Nobel de economía ,Amartya Sen. Recuperar el sentido común de lo que implica que el hombre viva en sociedad, desagraviar la Política y la Democracia como régimen político de la siniestra connotación otorgada por Hayek, Buchanan, Deepak Lal, Ohmae, etc. Revalorar lo colectivo por sobre lo individual y como dijo Bourdieu: "trabajar para inventar y construir un orden social que no tenga por única ley, la búsqueda del interés egoista y la pasión individual por el lucro, sino que ceder su lugar a agrupaciones orientadas hacia la búsqueda racional de fines colectivamente elaborados y aprobados".

Muchas veces pareciera que la tarea de revertir lo obrado y consolidado por la revolución neoliberal se hace casi imposible de lograr. Reconfortante resulta entonces recordar la frase atribuída a George Bernard Shaw y que en momentos de fatiga política y electoral, acostumbraba a decir el asesinado candidato a la presidencia norteamericana, Robert. F. Kennedy : " Some men see things as they are and ask, Why? I dream things that never were, and ask, why not? ".

Enrique Fernández M. Magíster (c) en Ciencia Política
GRUPO PROPOLCO Universidad de Chile
Febrero 1999.
1 Tomás Moulian. Chile Actual. Anatomía de un Mito. LOM Ediciones, Santiago, Dic. 1997.
2 Ignacio Walker. Socialismo y Democracia. Chile y Europa en perspectiva comparada. Cieplan-Hachette, Santiago de Chile, 1990. pág. 93.
Ibid, pág. 81.
3 Liberalism lives. The Economist: Global poll on economic liberalism by Angus Reid and The Economist. 02-Jan-99.
4 Cornelius Castoriadis. Stopper la montée de l’insignifiance. Le Monde Diplomatique - Août 1998- pág. 23.
5 Lal, D., The Poverty of"Development Economics", citado en Colclough ,C. y Manor, J., "¿Estados o Mercados?". Fondo de Cultura Económica, México, D.F., 1991, pág. 435.
6 José Piñera. El cascabel al gato. Editorial Universitaria, Stgo. de Chile, 1995. Pág. 114.
7 Sir Isaiah Berlin 1909-1997. The Philosopher’s Magazine - 58 Upper Tollington Park, London N4 4BX , 1997.
8 Bertrand Russell, Freedom and the colleges.
9 Norberto Bobbio: Autobiografía. Citado por Agustín Squella, Revista de los Libros, El Mercurio, nº 505, pág. 3, 9 de Enero de 1999.
10 Third Way’s the Charm. Newsweek, September 28, 1998, pág.52.
11 A New Deal ? Newsweek, October 5, 1998, pág. 12.
12 Giddens, A.: "The Constitution of Society", citado en Colclough, C. y Manor, J., "¿Estados o Mercados?". Fondo de Cultura Económica, 13 México, D.F., 1991, pág. 458-9.
14 Pierre Bourdieu: L’essence du néolibéralisme. Le Monde Diplomatique - Mars 1998, pág. 3

 

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03-03-99