¿Y DÓNDE ESTÁ EL PILOTO?

por Enrique Fernández M.


"...Arránqueme las dudas señora,
desdúdeme..."
Joan Manuel Serrat.

La ansiosa búsqueda de un sistema económico "autoregulable" cuyo funcionamiento pudiese predecirse, al modo de los fenómenos del ámbito de las ciencias llamadas "duras", ha devenido en un modelo económico capitalista de libremercado salvaje. Un tipo de crecimiento que nadie controla y que sólo favorece en definitiva a los especuladores financieros transnacionales que acumulan cada día más dinero y Poder.

En nuestro país, los "científicos" tardaron meses en ponerse de acuerdo en torno a si la eventual crisis era o no era tan grave. Si técnicamente correspondía hablar de recesión, o tan sólo de baja momentánea de la producción y la inversión, etc. Mientras estos "doctores" se trenzaban en académicas y bien remuneradas discusiones respecto de la génesis y tipificación del mal, el "paciente" entró en coma profundo. El vespertino La Segunda, del miércoles 16 de junio pasado, titulaba así: "La economía chilena en un punto de quiebre".

Pero sólo hace seis meses, una autoridad del Gobierno decía: "No tenemos en el futuro cercano una situación que vaya a provocar una crisis generalizada de desempleo. Más bien, lo que observamos son determinados sectores que se han visto impactados por el ajuste". Ministro del Trabajo, Germán Molina. La Tercera, 05,01,1999. Ahora asistimos a otra retahila de intentos por explicar el porqué tal propuesta es la mejor receta para mejorar la condición del paciente. Pero siempre se trabaja con cifras, parámetros, variables, etc. No se ven los rostros ni se conocen las angustias y los llantos de millones.

"Entre los expertos económicos (más bien debió decirse expertos en economía) se ha dado un gran debate respecto de la necesidad o no de bajar la tasa de interés de instancia monetaria, como un medida para reactivar la economía. El Banco Central desde Septiembre de 1998 a la fecha ha reducido la tasa de interés desde 14 % a 5,75%". El Mercurio, 18,06,1999. La contundente diferencia entre ambas cifras nos lleva a preguntarnos, qué científica precisión poseen estos doctos señores.

Hay expertos, como los economistas Alejandro Fernández, socio de la consultora Gemines y Alejandro Alarcón, gerente general de la Asociación de Bancos que consideran que el peso de la recuperación no cae en la tasa de interés. Sin embargo, otros economistas igualmente expertos, como Jorge Desormeaux, académico de la Universidad Católica y Vittorio Corbo, plantean lo contrario.

Pero aún hay más "ciencia". El presidente del autónomo Banco Central, Carlos Massad, ha dicho lo que constituye un precioso ejercicio de retórica, salpicado de punzantes eufemismos:"Nosotros permanentemente estamos estudiando la situación. Cuando encontramos que se justifica, actuamos, tratando de hacerlo sin demoras. Estamos estudiando la situación en este momento" ¡Ave Carlos! El Mercurio, 18,06,1999.

Resulta interesante comprobar cómo en un primer estadio, la responsabilidad de la crisis recaía completamente en otros. Se afirmaba que lamentablemente, en un esquema de economía "globalizada", lo que sucedía en los lejanos mercados asiáticos repercutía en nuestra criolla economía y que sólo se podía especular en torno a las mayores o menores consecuencias que dicho proceso tendría a nivel doméstico.

Hoy por hoy, parece que nadie recuerda ni se interesa en saber qué pasa con la "economía globalizada". Mágicamente, la crisis se desconectó de su oriental origen y de sus imbricaciones internacionales, para pasar a ser una coyuntura sólo de alcance nacional y cuya resolución depende ahora del comportamiento de los actores de la economía local. Quizás por algo será...

Recientemente, el editor de economía del semanario Newsweek, escribía lo siguiente en relación al estado actual de la economía global: "Las buenas noticias son que al parecer la crisis económica mundial ha llegado a su fin. Las malas noticias son que las anteriores buenas nuevas pudiesen ser falsas o erróneas".

Lo que pudiese constituir un buen chascarro, deja de serlo al pensar que las decisiones políticas en un modelo neoliberal son incontrarrestablemente"influenciadas" por los tecno-economistas pero lapidariamente sufridas por todos.

Y continua el articulista: "La economía nunca ha sido ciencia y lo es menos ahora que hace unos años atrás. El importante incremento del intercambio financiero y comercial a escala mundial, ha creado nuevas relaciones de fuerzas que cambian constantemente y que son sólo parcialmente comprendidas. Nadie está a cargo de la economía mundial y la gente que intenta hoy por hoy contener y morigerar las disfunciones del sistema, han debido recurrir a improvisaciones. Podría ser reconfortante y efectista decir que han tenido éxito. Sin embargo, la triste verdad es que no lo sabemos ni ellos tampoco". Puede parecer un aspecto menor, pero el punto central es analizar sobre qué bases los economistas creen poder predecir. Porque, si se destaca que la economía no es ciencia "dura" ni positiva, ¿Quién puede estar seguro de lo que dice o pronostica un economista?

Si se me permite un ejemplo, podríamos homologar ( con ciertas licencias, por supuesto) esta situación con la de intentar tratar una enfermedad o patología de un enfermo, exclusivamente mediante el conocimiento y los recursos que aportan los exámenes de laboratorio, radiografías, etc. No corresponde al tecnólogo médico , (por lo demás miembro fundamental del equipo de salud), sino al médico, interpretar dichos exámenes, parámetros y cifras, los cuales sólo adquieren significación terapéutica en un diagnóstico del enfermo como un todo, como un individuo, como ser humano cuyos soma y psiquis son indisolubles y no como la simple suma de sistemas cardiovascular, neurovegetativo, osteoarticular, etc.

Esta si que corresponde a una "fatal arrogancia", pretender que se posee un corpus de conocimiento científico del comportamiento de los individuos y por tanto, hacer predicciones con carácter de certeza absoluta del modo como, ni siquiera hoy en día, operan los científicos en el ámbito de la física, química, farmacología, cálculo estructural, etc.

Tomar las decisiones finales en la sociedad, basados en el arbitrio de la supuesta "ciencia económica", excluyendo con desdén despótico el amplio debate y burlando muchas veces el sentido común de las cosas, ha demostrado ser altamente peligroso para la estabilidad política y social de los países. Bien vale la pena al igual que Robert J. Samuelson preguntarse, si lo que están diciendo aquí y afuera los expertos, constituye el despuntar de un nuevo día u otro falso amanecer.

Julio, 1999.