CIRCULO VIRTUOSO , CIRCULO VICIOSO.

por Enrique Fernández M.

"Büchi inició el círculo virtuoso de la economía. El senador Alejandro Foxley hizo un reconocimiento "tardío" y con la perspectiva que da el tiempo a la labor de Hernán Büchi en el ministerio de Hacienda, durante el gobierno militar". El Mercurio, 31/03/99.

"Los aplausos fueron para Hernán Büchi. Lo que llamó la atención fue que el reconocimiento a Büchi partió del presidente de la Comisión de Hacienda del Senado y ex ministro de Hacienda de Patricio Aylwin, Alejandro Foxley (DC), quien en su discurso alabó el desempeño del ex colaborador de Augusto Pinochet por haber empezado ese círculo virtuoso que generó muchas cosas buenas para el país". La Tercera, 31/03/99

Quizás en el tráfago de la espectacularidad mediática este ejercicio de eclectismo del senador Foxley haya pasado inadvertido para muchos. Incluso quienes pudieron utilizarlo para su conveniencia propagandística electoral o para su personal regocijo, no lo hicieron. Es probable que estén ya acostumbrados a estas muestras de "arrepentimiento" de innumerables pecadores que vuelven al redil.

No pretendo personificar aspectos descalificatorios como falta de consecuencia política o por el contrario, de capacidad para reconocer errores, valentía para enmendar, etc. Lo interesante es descubrir e identificar tras una primera lectura macro de la situación, conceptos de mayor interés politológico y por ende de mayor trascendencia.

El Circulo Virtuoso:¿ Virtuoso en su génesis o en su resultado ?

El ciclo virtuoso al que hace referencia el senador Foxley, comenzó siendo impuesto en dictadura y no producto de un proceso legislativo democrático. Eran los preceptos neoliberales del libremercadismo: Estado mínimo, sus principales prestaciones sociales, salud y educación, transformadas en mercancias transables en el mercado que todo lo regula y distribuye sabiamente. Bancos centrales autónomos, siempre es bueno preguntarse de qué o mejor de quienes. Baja arancelaria a las importaciones con clara tendencia a su eliminación. Sólo debemos producir o mejor dicho, extraer, aquello para lo cual se nos ha dicho desde el Norte que somos competitivos. (Minerales, harina de pescado, chips, celulosa, frutos, salmones, etc.) Desregulación del mercado laboral para que el trabajo como mercancía, abunde en su oferta y así permitir el correcto funcionamiento del virtuoso modelo.

Virtuoso también en la evolución y el devenir de este modelo globalizado. Crisis de confianza en los mercados asiáticos de parte de los ciber-inversionistas, corrida instantánea de millones de dólares y nuevo ciclo de incertidumbres y desesperanzas en los mercados emergentes ( en jerga de economistas, léase países como Chile)

No hemos internalizado la modernidad dice algún renovado sociólogo. Mientras tanto, los edificios en construcción están paralizados, la cesantía aumenta escapándose del malabarismo de las estadísticas oficiales.

¿ Virtuoso para quienes ?

Gran sentido de la ubicuidad tiene el senador Foxley. Una reunión con empresarios era sin duda el mejor y más adecuado lugar para este tipo de sinceramientos. Se estaba en ICARE, nuevo aerópago chileno, con quienes el virtuoso modelo no pudo ser más favorable. Ciertamente es esa la élite que ha concentrado la riqueza de manera inaudita en nuestro pais, riqueza que ha creado el virtuoso modelo del señor Büchi pero que pocos han disfrutado.

Para el F.M.I. y la O.M.C. sin duda virtuoso. Chile, alumno destacado. Desde la dictadura de Pinochet hasta Frei Ruiz-Tagle. Consecuencia absoluta, seriedad y responsabilidad en el manejo de las variables macroeconómicas. Para el senador Foxley hay que dejar la economía en manos de expertos, "científicos" neoliberales de última generación como Kenichi Ohmae , y alejarla todo lo posible de los políticos que caen facilmente en populismos. Así reza el discurso de los economistas neoliberales de antigua cepa y de aquellos conversos.

Incluso se pueden permitir cierta frivolidad en el análisis de sus pretendidos "éxitos".No estamos bien en cuanto a la distribución declaman !, esa concentración obscena e insolente que el virtuoso ciclo ha producido en Chile. Sin embargo se desliza como algo menor, como la excepción que confirma la regla, como una pequeña inconguencia que no afecta la totalidad, se vende diría yo, como algo casi accesorio.

Tras esta lectura macro, es necesario dejar explicitadas las siguientes reflexiones:

Las recientes declaraciones de Foxley, constituyen la confirmación de algo que veníamos denunciando desde hace mucho tiempo. La adscripción de amplios y quizás los más influyentes sectores de la alianza gobernante a la ideología neoliberal, especialmente a su componente económica. La pregunta subyacente es si resulta posible adscribirse sólo a los aspectos económicos de la ideología neoliberal y desechar los aspectos filosófico-políticos.

Coincidentemente con la involución del modelo socialista de economía planificada y no sólo como consecuencia a la caída del muro de Berlín y de la disgregación de la Unión Soviética, muchos partidos políticos se quedaron sin ideología como viga rectora de su quehacer y sin modelo societal y económico hacia los cuales propender. Al parecer esta vacuidad resulta excluyente con el ejercicio político o es muy difícil de asumir y reconocerla como tal. La D.C. y el P.S. constituyen un claro ejemplo.

De lo anterior se desprende que pese a lo que plantea el paradigma vigente, en cuanto a la muerte o desaparición o no gravitación de las ideologías, no existe tal muerte total sino que se asiste a la incontrarrestable gravitación de una de ellas, la neoliberal, que a la manera de un virus, pretende aviesamente enmascarar su acción bajo la apariencia de una ausencia de soporte ideologico, ya que sólo se trataría de una nueva escuela económica que puede convivir en estrecha concordancia con fundamentos liberales. Siempre esta ideología ha querido centrar el debate en lo exclusivamente económico, posicionando al mercado como el eje rector de todas las actividades y relegar a la política y especialmente a la práctica de la democracia, aduciendo que son corruptas e ineficientes, este último, pecado capital para un neoliberal.

Cabe entonces preguntarse como decíamos, si alguien puede hacer suya la doctrina económica neoliberal o gran parte de sus postulados y continuar considerándose partidario y practicante de la democracia. La autonomía de la economía en relación a la política. Que no puedan mayorías sólidas, consistentes y estables introducir modificaciones al cuerpo dogmático de los preceptos económicos. No se está abierto al cuestionamiento, al intercambio de ideas y de experiencias, no se lo tolera. No se permite que la sociedad discuta y acuerde democráticamente qué orientación adoptar. La virtud nace de la aceptación irrestricta y el comulgar con esta única fe.

Pero peor aún puede resultar aceptar el cinismo de pensar que un modelo deja de ser intrínsecamente nocivo por el sólo hecho de que se es uno quien lo administra.

En el lejano 1983 se escribía lo siguiente:

"La evaluación del "modelo"(neoliberal) no puede restringirse a la fragilidad de sus supuestos económicos. Este envuelve una concepción de la sociedad y del ser humano que no puede pasarse por alto. El "homo economicus" en que se funda el "modelo", está en constante lucha contra su medio, trata incesantemente de obtener el máximo de beneficio personal; desaparece en él la fe y la solidaridad y sólo prima la racionalidad técnica que permite optimizar el uso del tiempo dedicado a la producción material. En Chile se trató que esta racionalidad cubriera todas las dimensiones de la vida social. Se pretendió, en efecto, que todo el quehacer personal y social llevara el sello del mercado, adquiriera la forma de competencia. El fracaso del "modelo" y la experiencia de las últimas décadas crean una buena oportunidad para que - al menos entre los economistas - se recupere la humildad y el diálogo".

A proposito resulta pertinente hacer la pregunta: ¿seguirá pensando así el ex-ministro de economía de Frei Ruiz-Tagle, Alvaro García, o también lo encontrara ahora virtuoso ?

Enrique Fernández M. Magíster (c) en Ciencia Política
GRUPO PROPOLCO Universidad de Chile
Abril 1999.