¿QUÉ LLEVÓ A PINOCHET A VIAJAR A LONDRES?

Por Max Larrain

Una llamada telefónica me despertó de madrugada. Sentí la agitada voz de mi hija que me llamaba desde Londres. "Papá : acaban de tomar preso a Pinochet acá" - me dice- con ese típico sonido de rebote satelital. Me parece la noticia más importante de los últimos 25 años.

Apresaron a Pinochet. El hecho me queda dando vueltas en mi cabeza ¿Viajó a Londres a pesar del riesgo? ¿O viajó por el riesgo?

Creo que si hay algo que ha dado vueltas en la cabeza del ex-dictador en estos 25 años, ha sido la gran interrogante acerca de que si lo que hizo ése 11 de septiembre estaba tan correcto como él se ha obligado a creer o simplemente fue el acto de traición más grande que conoce la historia de este país.

Pienso que toda su trayectoria, desde ése día, ha estado marcada por esta doble fuerza. De aquí se puede explicar la brutalidad extrema que imprimió a la represión luego del Golpe. Su total falta de magnanimidad con el vencido. Pasó de ser el sumiso y obsecuente general a cargo de los planes de defensa del gobierno constitucional del marxista Salvador Allende, a feroz exterminador de marxistas.

Ha sido esta doble fuerza en el interior de su conciencia lo que lo llevó a adoptar todas las medidas en su poder para salvaguardarse del juicio de los hombres y del juicio de la historia.

El prócer no se comporta así. Éste, convencido de la justeza de su causa, terminado su cometido se entregará con la frente en alto para ser juzgado por los hombres. Pinochet, en cambio, utilizó toda su cazurría y sagacidad para escapar a la justicia.

No ha habido poder en Chile capaz de ponerle la mano encima. Hasta sus propios enemigos de ayer, hoy acuden en su defensa.

Bueno, un país así no ofrece reto, es más, se torna aburrido.

Pinochet necesitaba de un enemigo que le hiciera el peso. No lo encontró aquí. Se fue a Europa a buscarlo. Necesitaba que alguien o algo, que él considerara su igual en fortaleza, o más fuerte, lo pudiera juzgar y decirle que lo que él hizo el 11 de septiembre de 1973 y en los años que siguieron, es condenable. Solo así podrá encontrar su equilibrio. Solo así podrá apaciguar su conciencia.

Horacio Max L. Larrain. Magíster (c) en Ciencia Política
GRUPO PROPOLCO
Octubre de 1998