¡ BIENVENIDO KENICHI !

por Enrique Fernández M.

Cual cataclismo geológico de gran magnitud, el terremoto político producido por la detención de Pinochet en Londres, continuará seguramente durante mucho tiempo originando réplicas. Pero del mismo modo que en las catástrofes naturales - tras las cuales los seres humanos se abocan a velar y enterrar los muertos, sanar a los heridos y reconstruir las obras físicas - también pasado lo que en politología llamamos la fase agonal, deviene necesaria e indefectiblemente, la fase arquitectónica. En el ámbito político del acontecer social esta fase se constituye entre otras cosas, de reflexión y elaboración de ideas que desprovistas de la urgencia del momento agudo, trasuntan y transmiten conceptos que aspiran a grados de cierta objetividad.

Un sismo o cataclismo es una instancia de suyo sorpresiva, artera y resquebrajadora de todo tipo de cimientos, fundaciones, basamentos, etc. Las primeras horas después del siniestro fueron, como es natural, de pánico e improvisación. Chile se sacudió con la expresividad desbocada de las pasiones. El Poder ejecutivo intentó desde el inicio, mantener el problema acotado al ámbito estrictamente judicial. Vano esfuerzo, ya que cuando un problema judicial se articula en torno a la figura de un ex-dictador y con asiento fuera de las fronteras nacionales, todo evento judicial es concomitantemente político amén de otras connotaciones.

De sobra son conocidos los argumentos de toda índole, políticos, éticos, morales, jurídicos y judiciales, etc. que se esgrimieron por parte de todos los actores involucrados.

A diferencia de lo acontecido en la centro izquierda intra-parlamentaria del país, la Derecha (sin apellidos) no tuvo problema, una vez más, para cerrar filas en torno al legado, figura, o la obra de Pinochet. Se trataba para ellos de un problema de Estado, que afecta la soberanía del Estado-nación y por tanto, la díada amigo-enemigo se impuso como matriz maniquea de análisis de la situación: patriotas v/s vende patria, chilenos v/s humanoides, buenos v/s malos.

En esta fértil provincia y señalada, esta misma Derecha a la que aludíamos, muchas veces ha dado muestra de sofisticadas técnicas de manipulación genética en el cuerpo de las ideas o paradigmas que hace suyos. Siempre ha sido motivo de cuestionamientos académicos la adscripción a un liberalismo a ultranza en lo económico con una contra partida ágriamente conservadora en lo valórico. Recordamos a propósito, la primera y única visita del gurú del neoliberalismo, Milton Friedman, en Noviembre de 1981, quien después de felicitar a sus discípulos osó plantear que a partir de ese momento debía implementarse también la democracia liberal en lo político. Crimen y castigo ! No debió haber intervenido en cuestiones internas, quizás no percibió que sus alumnos estaban más aventajados, tanto que en Chile ya implementábamos la visión más ortodoxa del neoliberalismo hayekiano. "Laissez-faire" en lo económico, democracia como un medio y no como un fin, democracia funcional al modelo económico y de corte "paternalista" por añadidura. Así también, se cautelan convenientemente las cuestiones morales y valóricas, de las que estos sectores son guardianes por la gracia de Dios y la Tradición.

Después de 15 años, otra ilustre visita del olimpo del neoliberalismo creará la contradicción. Esta vez no se trata de la austera y adusta figura del Profesor Friedman sino que de un resplandeciente e intelectualmente aséptico miembro de la cofradía de "expertos" orientales : Kenichi Ohmae. Voceado como una de las figuras más importantes y revolucionarias en el mundo de los negocios y empresas en las últimas décadas, como buen marquetero también se nos presenta - así como alguna vez Hayek y Friedman con "Camino de Servidumbre" y "Libre para Elegir" respectivamente - con un best-seller: El Fin del Estado-Nación. Sugerente título para los tiempos que corren. Será esta vez también debut y despedida para el distinguido invitado, profesor Ohmae ?

Seguramente lo que oirán los excelsos representantes del "establishment" empresarial y bancario de nuestra sociedad, podría ser de abierto mal gusto para quienes se han desgañitado señalando la trascendencia de la soberanía del estado chileno.

En efecto se trata de la misma Derecha que, adalid y pionera del neoliberalismo en el mundo, décadas después y frente al "sismo Pinochet", articula su defensa en el argumento de la soberanía del estado. Otra vez la disección del concepto original, la inconsecuencia de fragmentar en trozos ideas que posteriormente, resultará difícil de identificar como un todo coherente. Extraígo solo lo que me es útil, lo demás lo desecho, después inventaré alguna pirueta intelectual para, mediante la retórica o los argumentos tautológicos, aparecer siendo fiel a los postulados intrínsecos de la doctrina pero simultáneamente, avanzado e iluminado en la evolución de aquella parte que, en Chile, se considera regresiva o no en perfecta concordancia con la Esencia.

Se acepta la globalización comercial y financiera, buscando integrarnos a bloques supranacionales, se aspira a constituir un sólo Mercado mundial sin fronteras, completamente "desregulado", sin aviesas y torpes distorsiones de parte de Estados nacionales. Pero por supuesto, no se acepta tranferir ni un ápice de soberanía como lo hizo la Comunidad Europea por ejemplo , dotando de competencias judiciales a Cortes de carácter supranacional, renunciando a una moneda nacional en aras del Euro, reconociendo el principio de extraterritorialidad cuando se trata de crímenes de lesa humanidad, genocidios, etc.

Citaré sólo algunas "delicatessen" del pensamiento vanguardista de Ohmae."Con toda probabilidad mucho más importante, es que el estado-nación moderno, ese artefacto de los siglos XVIII y XIX, ha empezado a venirse abajo". "En una economía sin fronteras, cualquier régimen estadístico que tenga al estado-nación como unidad principal de análisis estará obligatoriamente desfasado"."Cada vez es mayor el número de cuestiones que, requiriendo la atención de la comunidad mundial, no se pueden subsumir convenientemente dentro de las fronteras de los estados-nación, ni de los mandatos de las instituciones multilaterales o mundiales que vinculan entre sí a esos estados-nación". "Los estados-nación han sido una forma transitoria de organización para gestionar los asuntos económicos"."Estos son organismos políticos, y en sus sistemas circulatorios se acumula constantemente el colesterol".

El tema de la Nación, su soberanía, la "Auctoritas y Potestas", el Estado. El papel que éste debe desempeñar en una sociedad de "hombres libres" y quizás si hasta la razón de su existir, el tamaño, las atribuciones y competencias del aparato estatal, han sido siempre una "cabeza de turco" del neoliberalismo.

Bueno será para el país, en estas horas que para algunos son de las más aciagas que la soberanía de nuestro estado-nación haya soportado, recibir la visita de este otro tutor del "modernismo" neoliberal. Esperemos que sus palabras y sobre todo, sus ideas, no sean mutiladas según amañadas conveniencias sino que por el contrario, permeen el discurso aislacionista y regresivo de sus mismos partidarios que tanto se honran en tenerlo como huésped. Enhorabuena, bienvenido Kenichi !

Enrique Fernández M. Magíster (c) en Ciencia Política
GRUPO PROPOLCO Universidad de Chile
Noviembre 1998