LAS SEÑALES DEL GOBIERNO o el lenguaje de las medidas económicas.

Por Max Larraín

Si realmente se llegara a desatar una crisis en la economía chilena, gran parte de sus causas habría que buscarlas, no en las medidas que eventualmente el gobierno dejó de tomar, sino en las medidas que-tardías según algunos- tomó, reaccionando, o más bien dicho, sobrerreaccionandoa las posibles consecuencias de la crisis asiática.

No se puede ignorar que las expectativas de los agentes económicos y las personas constituyen un factor muy importante en el desempeño de la economía. Una medida errónea puede conducir a una crisis como una “profesía autocumplida”.

Es inevitable que la población adopte una visión pesimista sobre el futuro inmediato de la economía, si el propio gobierno, asumiendo un alto costo político, reduce el gasto social, especialmente en el área de la salud,en un momento en que todo el país está siendo testigo de las tragedias que se producen en la atención hospitalaria.

Habida cuenta de lo poco que el recorte en salud puede aportar a la reducción del gasto fiscal, no queda más que concluir que el mencionado recorte tiene un carácter simbólico.

La reducción del gasto fiscal constituye un objetivo inclaudicable de la doctrina neoliberal que nos rige, es la viga maestra del esquemaeconómico cuyos promotores se comprometen “aplicar firmemente y sin vacilaciones”, ahora y en el futuro.

En este sentido, el gobierno quiso enviar lo que consideró las “señales correctas”. Hacia quién o hacia quiénes se dirigieron estas señales, es materia de especulación. Veamos.

La primera posibilidad es que las señales hayan sido dirigidas al sector externo, al inversionista extranjero, esta señal diría : “Este paístiene un gobierno serio, el cual ejerce un perfecto control sobre los agentes económicos y sociales, luego vuestra inversión está garantizada”.

Normalmente la fraseología oficial expondría este sentimiento en el siguiente tono : “Una vez más organismos internacionales especializadoshan distinguido a nuestro país como un ejemplo a seguir por otras nacionesen desarrollo”.

Otra señal podría dirigirse al FMI : “Estamos siguiendo al pie de la letra sus recomendaciones, somos buenos chicos”.

Al sector político la señal sería la siguiente : “ Queremos dejar en claro, de una vez y para siempre, que en nuestro sistema es la economía la que manda, la política debe adaptarse y obedecer”. El eufemismo para esta afirmación dice más o menos así : “No nos dejaremos tentar por políticas populistas”. La cuarta interpretación es : todas las anteriores se aplican. Como quiera que se deseen interpretar estas “señales”, ellas reflejanen el fondo un estilo chileno de gobernar : desde posiciones de fuerza,mediante el lenguaje de las medidas, siempre centradas en la relación mando/obediencia, en la que el intercambio democrático entregobernantes y gobernados es prácticamente inexistente.

Es probable que este estilo de gobierno sitúe a nuestro país en los primeros puestos del ranking económico de las naciones en desarrollo. No ocurriría lo mismo si se midiera el grado de democratización, enbase a los parámetros de debate público y participación. Aquí nuestra posiciónestá mucho más cerca de una hegemonía cerrada que de una poliarquía - según la definición de Robert Dahl - la que probablemente posicionaría a nuestropaís entre los últimos puestos del ranking de las democracias.

Horacio Max Larraín
Magíster (c) en Ciencia Política Universidad de Chile
GRUPO PROPOLCO Julio 1998.