PECADOS POR ACCIÓN, PECADOS POR OMISIÓN

por Enrique Fernández M.

Aunque suele usarse el aforismo " las cifras hablan por sí solas ", muchas veces las diferentes interpretaciones de los resultados de una encuesta o estudio demuestran que también es válido otro adagio: " todo depende con el cristal con que se mire ".

La reciente entrega de los resultados del estudio llevado a cabo en Chile por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo ( PNUD ) intitulado " Las paradojas de la Modernización ", no hizo más que ratificar lo anterior. En efecto, se informó que mayoritariamente los chilenos declarabanse inseguros y temerosos, que sentían inseguridad o incertidumbre pese a reconocer las bondades económicas del modelo neoliberal implantado en Chile. Tiempo atrás ya hablabamos de "malaise" en la sociedad chilena.

Es importante resaltar las diferencias en los análisis que se hacen a partir de las respuestas entregadas. Sin duda en el estudio se hacía alusión a la inseguridad ciudadana entendida como miedo a la delincuencia, al asalto, robo, hurto, asesinato, etc. Pero también se hacía incapié en la inseguridad vital, que yo calificaría de neurotizante ( el filósofo británico Anthony Giddens la denomina "incertidumbre fabricada" ) y que es fruto de los imperativos del modelo económico neoliberal: flexibilización laboral, cercenamiento de funciones estatales, potenciación del individualismo, etc.

Surgieron entonces desde el ámbito político las ya mentadas "interpretaciones" de las cifras, resultados o conclusiones que permite todo estudio del campo social y en consecuencia, lo que hemos llamado pecados por acción o por omisión.

Aquellos sectores que se sienten guardianes de las bondades del modelo neoliberal hicieron resaltar la siguiente lectura: el aumento de la delincuencia es obra de un gobierno blando, que no aplica la Ley con rigor, que indulta asesinos y narcotraficantes, que ampara corruptos, etc. Incluso llegaron a cuestionar el desvío de tanto funcionario policial a la ex- Colonia Dignidad, donde acosan a " modestos e inocentes colonos " mientras en la capital de la República, la delincuencia nos ahoga más que el smog. Obviamente, estos sectores no buscan establecer si objetivamente hay suficientes evidencias empíricas para afirmar que existe un aumento de tales delitos sino que, tratan de exacerbar esta interpretación para ocultar los otros datos que también afloran de este estudio.

Hasta aquí el pecado por acción. ¿ Y el pecado por omisión al que aludíamos? Así como los explícitos defensores del modelo amplificaron lo anterior para desperfilar lo segundo, es pertinente preguntarse cual es el análisis que hacen y que reflexiones suscitan en aquellos que dicen representar una alternativa "progresista", término que ya hemos visto no agrada a todos en la Concertación. Silencio casi total. Volviendo a los aforismos, ¿ aplica en este caso para la Concertación aquello de " quién calla otorga " ? ¿ Quién interpreta , difunde y vocea lo relativo a la incertidumbre o inseguridad que la aplicación del modelo provoca mayoritariamente en los chilenos según se desprende del estudio ?

Cuatro acápites destacan en las conclusiones del trabajo del PNUD, que angustian y asustan a los chilenos tal como si fuesen los cuatros jinetes del apocalipsis: Salud, Educación, Previsión y Trabajo.

En lo referente a Salud, ¿ quién no vivencia en el Chile de hoy el contrasentido extraído de un mundo Kafkiano, de preocuparnos al conocerse el diagnóstico de un ser querido, más del cómo vamos a enfrentar económicamente tal enfermedad y mucho menos de como se mejorará tal condición ?.¿ No existe acaso en el mundo otro modelo alternativo, que no obligue a tener que hacer constantemente llamados de utilidad pública, colectas, campañas de recolección de latas de bebidas gaseosas, etc ?

Y en lo que atañe a Educación, no es cierta la angustia que nace en los padres de los niños y jovenes chilenos que compueban que este esquema de educación concebida como un negocio y entregada al arbitrio de sostenedores y alcaldes, significa pagar cada día más y sentirse más vulnerable ante decisiones unilaterales ? Y si el educando llega a la Universidad, cómo lo afrontaran económicamente si el sistema de educación superior contempla un limitado número de becas que son paliativos y no solución ?

En el ámbito de las percepciones que los chilenos tienen de su sistema previsional, el temor o incertidumbre resultan evidentes: el 70 por ciento de los encuestados creen no podrán cubrir sus necesidades durante su vejez o poder hacerlo solamente respecto de las cuestiones básicas. Pero subyace una pregunta aún más lancinante: ¿ llegado el momento de tener que enfrentar la entrega de lo prometido, a un número cada día mayor de jubilados, podrá el Sistema resistir sin tener que recurrir a acádemicas pero estériles explicaciones y deba el Estado nuevamente "ir en auxilio" con el dinero de todos los ciudadanos como ya ocurrió en 1982 con los Bancos?

He dejado expresamente como último punto, el que dice relación con la inestabilidad laboral y la cesantía, categorías que según este estudio, angustian fuertemente a la casi totalidad de los chilenos.

Al respecto, el connotado sociólogo francés Pierre Bourdieu, plantea en su reciente artículo en Le Monde Diplomatique del mes de marzo: " el fundamento primigenio del orden económico neoliberal, implementado en nombre de la libertad, radica esencialmente en la violencia estructural de la cesantía y en la precariedad del empleo y la amenaza del despido que ella implica: así, la condición sine-qua-non para el funcionamiento armónico del modelo micro-económico individualista se funda paradójicamente en un fenómeno colectivo, cual es la existencia de una masa de cesantes que estén siempre al acecho de un puesto laboral ".

Cabría afirmar entonces que esta incertidumbre esencial que genera el Modelo en aplicación, ha sido expresamente desconocida en el análisis de algunos sectores y tácitamente relegada por otros. Sin embargo, es claro que la principal y más sustanciosa conclusión extraída de los resultados de la encuesta-estudio del PNUD en Chile, es que ya es tiempo que la reflexión que se hizo en otros lares se haga cuerpo entre nosotros: no se debe seguir administrando y retocando el modelo neoliberal, sino que clara y taxativamente avanzar hacia su sustitución.

Enrique Fernández M. Magíster (c) Ciencia Política

Grupo PROPOLCO