żLA DERECHA SE EQUIVOCÓ?

Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle : " La derecha de equivocó profundamente y la opinión pública conoce perfectamente el error que ésta cometió ".La Tercera, 16 de Mayo de 1998.

La normativa que tras la reforma del Poder Judicial indicaba que se debía contar con la participación de los 3 poderes del Estado para designar un ministro de la corte Suprema, aparecía como una buena fórmula que intentaba quitarle sesgo político partidista al nombramiento y privilegiar la idoneidad profesional del magistrado por sobre cualquier otra consideración.

Independientemente del mecanismo, ( que al parecer sí merecería discutirse nuevamente ), de si se deben entrecruzar los diferentes poderes del Estado para nombrar los miembros de uno de ellos, creemos que en el trasfondo del bochornoso episodio de la abortada ratificación senatorial del ministro Milton Juica se percibe algo más. Algunos hechos o acontecimientos se asocian o conectan de algún modo con otros eventos ya acaecidos y que hay que destacar.

A nuestro entender, son dos las situaciones subyacentes.

La primera es comprobar que no existió equivocación alguna por parte de la derecha, atrincherada en el " bunker " de una de las cámaras del poder legislativo, sino más bien una abierta y concertada intención de operar de tal modo. Plantear equivocación es en sí una idea equívoca.

Esta decisión politiza partidistamente un mecanismo - el cual la derecha concurrió con sus votos a implantar - por parte de quienes constante y majaderamente abominan de la política, denostándola al señalar el tipo de maquinaciones que en su seno se pueden concebir.

La derecha de este país siempre podrá quejarse amargamente de su "canibalismo" en lo referente a sus candidatos pero sabe cerrar filas ( y no es ningún odioso eufemismo ) en contra de quienes considera pueden ser sus enemigos directos o enemigos de sus amigos, categoría en la cual y en un acto políticamente muy torpe incluyeron a la ministra Camposano.

En segundo término y a partir de lo precedentemente expuesto, es dable reflexionar acerca de la actitud de miembros del PDC quienes no ratificaron la acusación a Pinochet presentada por sus propios correligionarios.

Hay que comprobar y lamentar una vez más, que no existan en la derecha personeros que privilegien agudamente la esencia de una idea o concepto. Lo que estaba en tabla para consideración de los honorables, era ratificar a un ministro del Poder Judicial cuyos antecedentes técnicos y profesionales no merecían reproche alguno sino más bien eran motivo de elogios entre todos sus pares y lo hacían por tanto un candidato absolutamente idóneo. Lastimosamente no cuentan con celosos intérpretes de las pautas jurídicas, que sí supieron distinguir que en la acusación constitucional a Pinochet lo que se estaba enjuiciando era la " transición y los gobiernos concertacionistas " y no al ahora senador vitalicio y que pese a que mucho les dolía, tuvieron en conciencia que votar en contra de la acusación.

Si en la derecha de este país contaran entre sus filas con parlametarios y juristas que discernieran con tal refinamiento y actuasen en consecuencia, de seguro el Sr. Juica habría podido acceder al cargo que ciertamente merecía como culminación de su brillante e intachable carrera judicial.

Como colorario quizás también en este caso y aguzando bien el oído, podamos nuevamente escuchar por los pasillos de la cámara alta, aquello de que " los hijos de puta no nos doblaron la mano", claro que esta vez, lo de " hijos de puta " se obvia por un atávico respeto a la figura del Jefe del Estado.

Cabe preguntarse entonces, si no se equivocó la derecha, ¿ quién se equivocó ?

Enrique Fernández M Magíster (c) Ciencia Política - Universidad de Chile

GRUPO PROPOLCO

Mayo 1998