CHILE, PAÍS ILUMINADO

Muchas veces, tengo la sensación de ser ciudadano de un país iluminado : sólo aquí estamos en lo correcto y los demás están mal o equivocados.

Quizas la insularidad geográfica condicionó una insularidad mental que nos provoca este trastorno. Algún sociólogo ya dio cuenta de cierto chauvinismo del que padecemos; somos la Suiza de América del Sur, en un concurso de himnos nacionales Chile resultó segundo detrás de la Marsellesa, en otro también imaginario certamen nuestra bandera ganó el cetro de la más bonita, la belleza de la mujer chilena, etc.

En otro orden de cosas menos baladies, como no recordar que fuimos el único país donde se venció al Marxismo Internacional en la heroica gesta libertadora de 1973. Fundamos de nuevo la historia nacional y al calor de los éxitos macro-económicos hemos asistido al incremento exponencial del iluminismo chileno :

La propiedad del 90 % de los medios de comunicación escritos está concentrado en sólo dos consorcios que representan un claro y específico sector político. Si la agenda política es determinada, modulada o amplificada en gran parte por estos medios, qué papel le asiste al gobierno y, en general, a la Concertación que cuenta con la mayoría electoral sino estar a merced de los designios mercantiles de sus dueños ? Un empresario, Ricardo Claro, posee un canal de televisión de alcance nacional para vehicular las ideas que le plazcan, así lo vimos en días recientes instilando su discurso venenoso y típicamente paternalista del oligarca, tan propio del despotismo ilustrado de gran parte de la derecha de este país.

El transporte público urbano es completamente privado, ojalá un microbus, un empresario, paradigma del individualismo metodológico neoliberal. Entonces, ni hablar de transportes municipales o estatales que pasen a ciertas horas por predeterminados paraderos, con frecuencia coordinadas según la hora del día, con choferes a sueldos fijos y no a porcentaje, etc. Ciudades como Barcelona, Paris, Londres, están profundamente equivocadas al tener que cubrir con subsidios los déficits que son capaces de generar estos transportes públicos que la gente usa con gusto.

Se anunció en el verano de este año, que el servicio de trenes de pasajeros sólo llegaría hasta Temuco. Visionario el Sr. Federici y quién lo nombró, pues aunque proyectos abunden, lo real es que cada día hay menos servicios de trenes en Chile. Otra vez Europa, Japón, U.S.A. y Canadá, entre otros, están todos equivocados. Quizás el tren simboliza un resabio de transporte colectivo ; colectivismo que hay que erradicar para que puedan operar sin interferencias las fuerzas del Mercado.

Iluminismo en lo político electoral. Sólo en nuestro país el Senado presenta una proporción de senadores designados con respecto de los elegidos por votación popular, que les permite bloquear y distorsionar la Democracia de las mayorías por aquella de la tutela de la minoría. Sólo aquí los tres comandantes en jefe de las F.F.A.A., más el Director General de carabineros, designan el mismo número de senadores que los que eligen cerca de 4 millones de ciudadanos.

El sistema de Salud con sus Isapres que durante más de 15 años no han hecho más que hacer crecer la Salud ( de sus dueños ), conjuntamente con su itinerante gurú José Piñera quién además orgulloso proclama las bondades de sus otros engendros, las AFP y el Plan Laboral, con sus desregulaciones del mercado del trabajo creadoras de inseguridades y atomización sindical. Estas verdaderas revoluciones fueron implantadas en Chile de manera inconsulta, pero visionariamente y son motivo de profundo orgullo para todos los progenitores y posteriores administradores del modelo económico chileno.

Y para terminar ratificando el profundo iluminismo de nuestro país, un ejemplo más de la vanguardia chilena neoliberal : el inefable y nunca bien ponderado Alvaro Bardón. Su propuesta para solucionar los problemas de la Universidad de Chile : privatizarla ! Ser del Estado, ése es el único y gran pecado de la Casa de Bello y para acabarlos, claro, hay que desnaturalizarla. Ciertamente, son estos pro-hombres los que nos hacen pioneros en el mundo. Lástima que en otras latitudes no cuenten con estos talentos. Al final, son ellos los equivocados, nosotros estamos en lo cierto.

Enrique Fernández M. Magíster (c) Ciencia Política - Universidad de Chile

GRUPO PROPOLCO

Abril 1998.