HECHO
PERIODÍSTICO, HECHO POLITOLÓGICO.
Enrique
Fernández M. (11/08/04)
Bien
saben los periodistas que si un perro muerde a una persona, tal hecho no tiene
relevancia noticiosa; en cambio, si una persona muerde un perro, entonces de
seguro estamos frente a un hecho notable. Así, que Augusto Pinochet esté
siendo procesado, desaforado o relacionado con diversas causas de DD.HH.,
lamentablemente, no constituye noticia alguna.
Sin
embargo, y desde un punto de vista estríctamente periodístico, si es un
“notición” saberlo involucrado en operaciones bancarias o financieras
internacionales de dudosa legitimidad.
De
este modo, la dinámica e hiperquinética agenda mediática del país, se vió
conmocionada hace pocos días con una sensacional noticia: a partir de una
investigación senatorial estadounidense, al Banco Riggs, se conoció que
Pinochet tenía en dicha institución bancaria depósitos, transferencias o
cuentas por montos de varios millones de dólares.
Gran
escandalera !! Por enésima vez, y más aún en año electoral, el espectro político
nacional separó aguas, grosso modo, en tres grandes grupos: los defensores, los
acusadores y los que guardan cauto silencio, ora por desinterés, ora por
inconfesable conveniencia.
Miembros
de la familia sanguínea del octogenario dictador, emitieron las consabidas
opiniones que transitan, desde la extrañeza e incredulidad, pasando por la
exaltación de su encomiable vocación hacia el ahorro, llegando, como no, al
recuerdo del sui generis diagnóstico que presenta su condición médica:
demencia sub-cortical leve. Toda una pieza de antología semiológica.
El
festín periodístico se acercó al paroxismo cuando G.W. Bush se despachó
estas declaraciones: ”Se sabrá toda la verdad ” .Para el rotativo la
Segunda, no sabemos si la “inesperada declaración del Presidente de EE.UU.”
lo es en relación a esperar la verdad de parte de la administración Bush o a
la especial relevancia que para ésta tendría en la vida política de Chile el
episodio en curso.
En
fin y como siempre, todos opinando. Presidentes de países o de partidos políticos,
alcaldes, periodistas, expertos, analistas, consultores independientes,
detractores y defensores del Capitán General. En el aspecto netamente periodístico,
habrá que ver si el hecho en cuestión posee la suficiente inercia mediática,
sea ésta de suyo o bien provocada, para mantenerse a flote en sucesivas
portadas y foros, o bien se hunde rápidamente torpedeada de forma artera y
premeditada, escamoteándole su relevancia mediante profusión de tetas, nalgas,
goles, santones, satánicos u otros artefactos.
Sin
embargo, subyace el análisis de este hecho desde la vertiente politológica. Qué
nos dice al usar el método comparativo tan útil para esta disciplina? ¿
Existe en el mundo registro de algún dictador que no se haya enriquecido
desembozadamente durante su ignominioso dominio? Los nombres abundan sin
importar la época de análisis y no hacen más que reiterar una constante: la
concentración del poder político en un sólo individuo, sin contar con los
controles y contenciones que proveen los límites temporales que supone el
ejercicio democrático, siempre genera el amasije de ingentes y groseras
fortunas personales por parte de quien detenta ese poder total.
Emperadores
romanos, monarcas absolutos, dictadores de cualquier latitud, color, ideología
o religión, adornan la pinacoteca humana de pretendidos benefactores o héroes
con pies de barro.
Desde
el punto de vista politológico no hay noticia ; nada nuevo bajo el sol, a la
noche le sigue el día y las vacas dan leche. El mundo continua su marcha, al
tiempo que caen caretas y disfraces de dictadores que algún dia se plantaron
frente a micrófonos, cámaras y lentes periodísticos, hablando y posando como
hombres o mujeres probos, guiados sólo por el superior interés de la Patria.
Por
cierto, Pinochet tampoco escapa a otra sempiterna regla que rige para todos
estos sujetos: podrán estar dementes pero no son tontos.
Agosto 2004.