EL DESARROLLO DE LA DEMOCRACIA COMO OBJETIVO NACIONAL PERMANENTE.
(Por Max Larraín 20-12-04)
I -
INTRODUCCIÓN
Entre
los múltiples objetivos, se dan algunos de carácter económico como es “el
logro y mantención de un
desarrollo económico alto, sostenido y sustentable”, como asimismo otro de
carácter social como “el logro de un desarrollo social acorde con el
desarrollo económico, sobre la base de la capacidad individual e iguales
oportunidades para todos”.[1]
Pero
no solamente se trata de detectar una incoherencia en la normativa, sino más
bien se intenta hacer notar una deficiencia de suyo importante, en consideración
al quiebre democrático ocurrido en nuestro país en la década de los 70, a
juicio del autor, por una falla por parte de todos los actores involucrados en
valorar suficientemente a la democracia como la forma más deseable de
convivencia social. No intentaremos argumentar latamente sobre la veracidad y
validez de esta afirmación, sino que nos limitaremos a presentar en el marco teórico
algunos alcances de dos autores consagrados acerca del concepto de democracia.
Nuestra
hipótesis plantea que, en virtud de las normas constitucionales vigentes y con
base en algunos tratados internacionales que Chile ha suscrito en orden a
comprometerse con el mantenimiento de la democracia como régimen político,
este aspecto debiera ser considerado en el Libro de la Defensa Nacional de Chile
como objetivo nacional permanente.
En
razón de la brevedad de este trabajo, nos remitiremos a la Constitución Política
de la República de Chile y al Acuerdo de Libre Comercio, Asociación y
Cooperación entre Chile y la Unión Europea como documentos que apoyan nuestra
hipótesis. De lo anterior se desprende que la metodología a emplear en esta
investigación es de carácter heurística.
La
presente investigación se justifica por la relevancia que el desarrollo político
del país tiene en el mundo globalizado actual. El concepto de Estado moderno
está íntimamente ligado al régimen político democrático, sin el cual ningún
progreso económico ni social basado en el intercambio, se hace sostenible en el
tiempo.
En
el transcurso de nuestra investigación intentaremos demostrar que la democracia
no es un modelo más, entre otras alternativas de gobierno, sino que es “el
modelo” y que, por lo tanto, más que un medio constituye un objetivo para las
sociedades del siglo XXI.
II
- MARCO TEÓRICO
2. Sobre el concepto
actual de democracia.
2.1 La visión de Giovanni Sartori.
[2]
Para G. Sartori, la "democracia" es una abreviación que significa liberal-democracia. Sartori distingue tres aspectos:
(1) La democracia como principio
de legitimidad.
(2) La democracia como sistema político.
(3) La democracia como
ideal.
La democracia como principio de legitimidad postula que el poder deriva del "demos", el pueblo, y se basa en el consenso verificado, no presunto, de los ciudadanos. La democracia no acepta auto-investiduras, ni tampoco que el poder derive de la fuerza. En las democracias el poder está legitimado, además de condicionado y revocado, por elecciones libres y recurrentes. Hasta aquí está claro que la titularidad del poder la tiene el pueblo. Pero el problema del poder no es sólo de titularidad, es sobre todo de ejercicio.
La democracia como sistema político tiene relación con la titularidad del poder y el ejercicio del poder. Para colectividades pequeñas, como fue el caso de las asambleas en la ciudad-estado de la Grecia antigua, o los cabildos abiertos de nuestra organización colonial, fue posible la interacción cara a cara de los ciudadanos, y en estos casos, la titularidad y el ejercicio del poder permanecían unidos, una forma de autogobierno. Pero cuando el pueblo se compone de decenas o centenas de millones, dicha práctica es imposible y entonces se hace necesario separar la titularidad del ejercicio, nace así la democracia representativa.
La democracia como un ideal. La democracia como es en la realidad, no es la democracia como debería ser. La democracia es, ante todo y por encima de todo, un ideal. El elemento ideal o normativo es constitutivo de la democracia y provee una tensión ideal, sin la cual, una democracia no nace o bien se distiende rápidamente. El elemento dinámico es esta diferencia entre la democracia ideal y la democracia real, que hace a esta última perfectible. Cuanto más se democratiza una democracia, tanto más se eleva la apuesta.
2.2 El concepto de democracia según Samuel P. Huntington. [3]
Al término de la Segunda Guerra Mundial, el apoyo universal a la democracia se consolida. Sin embargo, esto tuvo lugar al precio de un desacuerdo, también universal, en cuanto a su significado. Todos definían a la democracia según sus propios intereses. De esta manera proliferaron las democracias con apellido: democracia directa, democracia representativa, democracia liberal o burguesa, democracia proletaria, socialdemocracia, democracia autoritaria, democracia protegida, etc. Todo esto creó problemas importantes para los pensadores. En los años 50 y 60, los politólogos hicieron esfuerzos notables para reducir la confusión terminológica y conceptual. Fue así como cristalizaron tres enfoques acerca de la definición de democracia: de acuerdo a las fuentes de autoridad, de acuerdo a los fines o propósitos del gobierno y de acuerdo a los medios o instituciones.
De acuerdo a las fuentes de autoridad, la connotación más recurrida es la democracia como gobierno del pueblo. Algunos agregan en forma retórica: el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Pero para Huntington esta definición carece de sentido desde un punto de vista empírico y analítico. El órgano gobernante en una democracia no siempre es definido en una forma tan amplia. Thomas Jefferson identificaba la democracia con el gobierno de la clase media. Otros, como el gobierno de los trabajadores. Bryce señalaba que la democracia existe cuando gobierna "la mayoría de los ciudadanos calificados". La premisa implícita en la definición de democracia como gobierno de la mayoría, es que, mediante la persuasión y la movilización de apoyo, las minorías pueden llegar a ser mayoría. De no ocurrir así, si se impide de forma permanente el acceso de una parte de la sociedad al gobierno, se viola el concepto mismo de democracia.
Una segunda manera de definir un gobierno democrático es en términos de los propósitos u objetivos que éste cumple. Pero ¿cómo definir estos objetivos?
¿Serán el bienestar humano, la igualdad, la justicia, los derechos humanos, la realización del individuo, la libertad, el bien común, etc.? Existen muchos problemas con la definición de democracia en términos de fines. Cada autor presenta su propia serie de propósitos. Los objetivos que se presentan suelen ser generalmente de carácter idealista. Prácticamente todos los líderes políticos aseguran perseguir fines democráticos, en este caso todos los estados serían democráticos. Por lo visto, también este enfoque nos presenta dificultades desde el punto de vista analítico y empírico.
La dificultad de definir
a la democracia en términos de fuentes de autoridad o de propósitos de
gobierno, ha llevado en las últimas décadas a enfatizar una definición
institucional de democracia. La
democracia tiene un significado útil sólo si se le define en términos
institucionales. La institución clave en una democracia es la elección de los
líderes por medio de elecciones competitivas. La formulación moderna más
importante la hizo Joseph Schumpeter en 1942.
III
- DESARROLLO
DEL TEMA
3.1
Acerca de los Objetivos Nacionales Permanentes
El Libro de la Defensa
Nacional plantea en su capítulo primero, los principios básicos del Estado de
Chile. La publicación inicia este capítulo haciendo mención a la Constitución
de 1980 y a las Bases de la Institucionalidad en ella estipuladas, indicando que
se trata de un conjunto de principios o directrices globales que orientan y
fundamentan el orden jurídico interno de nuestro país. Estos principios son también reconocidos por otras naciones que
comparten las premisas del régimen democrático en cuanto al respeto de la
persona humana y sus derechos. De tales principios y, especialmente, de la
dignidad e igualdad inherente a todas las personas, se deducen objetivos
socio-económicos prioritarios del país que incluyen la cohesión e integración
social de la nación y la superación de la pobreza.
· El logro y mantención de un desarrollo económico alto, sostenido y sustentable y,
·
El logro de un desarrollo social acorde con el
desarrollo económico, sobre la base de la capacidad individual e iguales
oportunidades para todos.[6]
Consideramos que la omisión de la mantención y el desarrollo del régimen político democrático como objetivo político permanente, constituye una deficiencia del Libro de la Defensa Nacional de Chile por cuanto, tanto el desarrollo económico como el desarrollo social se sustentan en el desarrollo político, sin el cual, los logros económicos y sociales se relativizan y finalmente, pierden validez. El sitial que nuestro país posee actualmente en el concierto de las naciones se debe fundamentalmente a la estabilidad del régimen político democrático más que a los logros económicos. Esto se verifica por el hecho que los tratados comerciales y de cooperación incluyen la cláusula democrática como condición sine qua non para su firma y como componente esencial de estos compromisos.
Se ha argumentado que, durante el debate que se realizó a mediados de los años 90 acerca de los objetivos nacionales permanentes, a la democracia se la consideró como un medio para lograr los objetivos y no como un objetivo en sí. Sin embargo, podemos contra-argumentar sosteniendo que los objetivos de desarrollo económico y social también son medios para lograr el bien común, como asimismo cualquiera de los objetivos nacionales permanentes. Como bien sostiene Giovanni Sartori, la democracia es, además de una forma de legitimación, un ideal por alcanzar, por lo tanto constituye una meta deseable para las grandes mayorías. Por su parte, Samuel Huntington sostiene que la democracia, definida desde su perspectiva institucional, es un régimen que fácilmente se distingue de otros regímenes que no lo son. La antigua discusión acerca de los apellidos de este régimen, de acuerdo a este autor, llegó a su fin y actualmente hay consenso en aceptar a la democracia liberal como el mejor régimen político conocido o, si se quiere, como el menos malo. Concordamos con esta apreciación.
3.2 Constitución Política de la República de Chile
3.3
Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea
Durante el mes de Noviembre de 2002 se suscribió en Bruselas el Acuerdo de Asociación, Libre Comercio y Cooperación entre la Unión Europea y Chile. Dicho Tratado constituye una innovación en diversas materias, por ejemplo, la inclusión de cláusulas evolutivas. En el acuerdo entre la Unión Europea y Chile, el tema de los derechos humanos, como era de esperar, no fue omitido. Y no tan solo fue considerado, sino que también ha sido elevado a la categoría de elemento esencial. Esto lo podemos afirmar en virtud del tratamiento que le ha dado la Unión Europea al fomento del respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales.
En el acuerdo mencionado, ambas partes han consignado como objetivos generales: establecer una estrecha cooperación destinada, entre otros aspectos, a reforzar la capacidad institucional para consolidar la democracia, el Estado de Derecho y el respeto por los Derechos Humanos y libertades fundamentales.[7]
Tal es la importancia que se le da a estas materias que incluso el preámbulo ha sido dedicado, en parte, a representar el espíritu que motiva el acuerdo. Se estipula en el Preámbulo: “CONSIDERANDO los tradicionales vínculos entre las Partes y con especial referencia a: - su pleno compromiso de respeto a los principios democráticos o a los derechos humanos fundamentales establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas; y su adhesión a los principio del Estado de Derecho y del Buen Gobierno.” [8]
También en el cuerpo del Tratado: “Título I Artículo 1º: 1. El respeto a los principios democráticos y a los derechos fundamentales, tal como se enuncian en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y al principio del Estado de Derecho inspira las políticas internas e internacionales de las Partes y constituye un elemento esencial del presente Acuerdo. “
Por último: Parte III Título V artículo 44: “Las partes darán prioridad a las medidas destinadas a: (...) j) la promoción del respeto a los derechos humanos, la democracia y la participación ciudadana.”[9]
IV
- CONCLUSIÓN
Nuestra hipótesis de trabajo consistió en intentar demostrar que, de acuerdo a la Constitución Política de la República de Chile y a los tratados internacionales suscritos por nuestro país, se debería incluir en el Libro de la Defensa Nacional de Chile a la mantención y desarrollo del régimen democrático como objetivo nacional permanente. En nuestro marco teórico hemos incluido una corta descripción acerca de la democracia, de acuerdo a las visiones de dos autores consagrados, los politólogos Giovanni Sartori y Samuel Huntington, quienes presentan a la democracia liberal como el régimen político más consensuado y por lo tanto, el que de mejor manera otorga sustentación y legitimación a nuestro sistema institucional actual.
Por su parte, Huntington
define a la democracia desde una perspectiva institucional, lo que permite de
manera relativamente fácil la distinción entre este régimen
y el que no lo es; basta con hacer referencia a unas pocas instituciones,
entre ellas, la más importante, la elección de las autoridades por votaciones
libres, secretas e informadas.
El artículo 4º de la
Constitución Política es claro y escueto: Chile es una república democrática.
El Acuerdo de Asociación, Libre Comercio y Cooperación entre la Unión Europea y Chile firmado en Noviembre del 2003, compromete en varios de sus artículos a ambas partes a sostener y promover el régimen democrático y el Estado de Derecho.
Finalmente, creemos que
nuestra argumentación, en parte basada en la experiencia histórica de nuestro
país y en parte sustentada por la normativa constitucional, confirma nuestra
hipótesis en el sentido que el mantenimiento y desarrollo del régimen político
democrático debe ser considerado como un objetivo nacional permanente y, por lo
tanto, debe ser explícitamente consignado en el Libro de la Defensa Nacional de
Chile.
El autor espera que este corto trabajo constituya un aporte al análisis de nuestra institucionalidad desde la perspectiva de la ciencia política y que, al mismo tiempo, sea un incentivo para el inicio de un debate serio y fundamentado sobre este importante tema.
[1]
Libro de la
Defensa Nacional de Chile. 1998. Página 28
[2] Sartori, Giovanni. Elementos de teoría política. Capítulo 4 Democracia. Alianza Editorial. Madrid. 1987. Págs. 27-62.
[3] Huntington, Samuel P. El sobrio significado de la democracia. En Revista de Estudios Públicos Nº 33. Santiago. Verano 1989. Págs. 5-30.
[4]
Libro de la
Defensa Nacional de Chile. Ministerio de Defensa. 1998. Página 27
[5]
Ibid.
[6]
Op. Cít. Página
28
[7]
Acuerdo de Asociación, Libre Comercio y Cooperación entre la Unión
Europea y Chile. Artículo 16, Nº 1,
letra a).
[8]
Op. Cít.
[9]
Op. Cít.