Un Nuevo Modelo Formativo

por Enrique Fernández (06/02/04)

Un nuevo modelo formativo. Así reza la publicidad de una de las grandes universidades privadas de nuestro país. Debo confesar que para mí, cada término de dicha frase encierra un sinnúmero de significados y/o simbolismos.

Sin duda es una excelente herramienta de mercadeo, “slogan” dirán algunos. El adjetivo nuevo o nueva, proyecta la convicción de algo distinto, novedoso, que casi siempre supera en cantidad, calidad o efectividad a lo previamente existente. Si es un nuevo modelo debe ser un mejor modelo formativo.

La segunda palabra, modelo, evoca, además de la idea de algo que debemos imitar, el hecho de encontrarnos frente a una instancia planificada, controlada, una entelequia que puede predecir con bastante certeza que la implementación de tal o cual proyecto, idea, sistema, etc. se comportará al aplicarlo, de un modo similar al que predijimos usando el modelo. Trocamos incertidumbres e improvisaciones por eficientes y rentables certezas. Es algo esencial de la “modernidad” o “postmodernidad” de nuestros dias proclaman los voceros y gurúes del pensamiento único.

La tercera palabra, formativo, me remite a un concepto de tutoría, de instancia rectora. Preparación, adquisición de conocimientos, de destrezas, criterios, capacitación de habilidades. Formar, formación de cuadros profesionales, como suele decirse, dotados de las armas para triunfar en el competitivo mundo globalizado. ¿Crecimiento exofítico y descontrolado de ideas, argumentos y contra argumentos conducientes a eunucos debates, proliferación infiltrativa de cualquier postura intelectual, cuestionamientos que no conducen a nada “productivo”, riesgosa apertura de “cajas de Pandora” ? De ninguna manera. Es por eso que se debe formar, con libertad para crear e innovar pero siempre en torno a la columna vertebral de los valores inmanentes que dan cuerpo a nuestra sociedad.

Como parte de este nuevo modelo formativo la ingente publicidad anuncia que en dicha casa de estudios superiores, se podrá de modo secuencial y complementario, engarzar el grado académico de licenciatura, con un Minor y un Master !

Cabe la pregunta: sabrán los jovenes que postulan a las universidades, la diferencia existente entre un grado académico universitario y un título profesional ? ¿Licenciado en medicina y médico-cirujano, licenciado en ciencias jurídicas y abogado ? Quizá no importa que realmente lo sepan. La publicidad pretende vender y de soslayo informar.

Se dirá que lo importante es motivar a los futuros educandos, hacer germinar en ellos la necesidad de estar durante toda su vida profesional en constante actualización, ampliar sin límites sus horizontes intelectuales, incursionar en otros campos académicos. Loables intenciones que nadie podría objetar.

Pero tales intenciones colisionan con una desesperanzadora realidad: ¿necesita Chile más abogados, médicos, dentistas, arquitectos, etc.?.No hay una saturación en nuestro exiguo mercado laboral de muchas de estas profesiones siendo la cesantía ilustrada y no la anhelada movilidad en la escala social lo que espera a cientos de profesionales ?

La inmensa mayoría de las autoridades rectoras de las universidades públicas y privadas no se pronuncian. Sin embargo una de estas lucrativas empresas de formación académica si lo ha hecho: Un nuevo modelo formativo.

La propuesta es crear un profesional que cuente con parciales competencias de otros ámbitos, más o menos cercanos a los que abarcó su carrera . “Médico-cirujano, Minor en bioética, Master en salud pública” ; “Psicólogo, Minor en antropología, Master en etología”. Suena bien, casi impresionante, muy potente y “chic”, la mejor carta de presentación de un “winner”. Mas será un efectivo pasaporte para lograr el ansiado puesto laboral ?


La lógica subyacente , asaz perversa, plantea que si el mercado laboral esta copado para ciertas profesiones no se debe de ningún modo regular la oferta de cupos para dichos estudios, ni mucho menos planificar de acuerdo a las reales nececidades del país. Esto constituiría una total herejía ! Hay que dejar actuar sin cortapisas ni trabas a la “mano invisible”, permitir que las leyes del libre mercado actúen y que los jovenes, aunque sin toda la información y escamoteándoles la realidad con espejismos y malabares publicitarios, puedan decidir algo tan trascendental para su futuro personal, el de sus familias y para el país: qué estudios universitarios acometer para desempeñarse laboralmente.

Entonces, no bastará con tener que costear los estudios de la carrera elegida, sino que además, habrá que financiar esta nueva aventura del saber que permitirá a quienes hayan aceptado y pagado este desafio, competir de mejor modo para acceder al anhelado puesto de trabajo, en la jungla que constituye un mercado laboral desregulado y flexible.

Recapitulando, debe ser bueno para este Chile pujante y globalizado contar con este nuevo modelo formativo para sus nóveles generaciones, digo yo no ?